El grupo más numeroso de niños perdidos son los que han huido de casa y los niños a los que se les echa del hogar. Los pediatras juegan un papel importante para ayudar a reducir los riesgos a largo plazo de problemas de salud de aquellos que están pensando huir de casa o que ya lo han hecho.
Todos los años, casi 1 de cada 20 niños y adolescentes estadounidenses huyen de sus hogares. Cuando un adolescente se va de la casa, no ocurre sin precedente, con frecuencia pasa como resultado de un largo historial de trauma, conflicto familiar, abuso o enfermedad mental.
En un informe clínico, la American Academy of Pediatrics (AAP) ofrece una guía a los pediatras y profesionales de la salud para ayudar a identificar a los jóvenes en riesgo de huir de casa, y para trabajar con las familias en formas para mejorar las necesidades físicas y emocionales de estos niños.
El informe, titulado "Juventud que huye de casa: cómo prestar atención al grupo más numeroso de niños perdidos", (en inglés) publicado en el número de febrero del 2020 de Pediatrics es la primera actualización de las recomendaciones de la AAP desde el 2004. Más de tres décadas de investigación han demostrado que estos niños y adolescentes fugitivos o "descartables" - que fueron echados de sus casas, corren mayor riesgo de traumas adicionales, victimización y violencia, y tienen necesidades particulares de salud
"Muchos de estos niños terminan sin hogar y enfrentan circunstancias desalentadoras, incluyendo explotación sexual y abuso", dijo Thresia B. Gambon, MD, MPH, MBA, FAAP, coautora del informe, que fue escrito por el Comité de Aspectos Sicosociales del Niño y Salud 'Familiar de la AAP y por el Consejo de Pediatría Comunitaria de la AAP. "El impacto a largo plazo para la salud de estos casos puede ser devastador. Nuestro objetivo es apoyar a los niños, mantenerlos en un lugar seguro y estable".
Varios grupos que ya están marginados corren en particular un mayor riesgo de huir de casa o de quedarse sin hogar, incluyendo a los niños en custodia protectora, los niños con un historial de abuso y los niños que se han identificado como LGBTQ. Cerca de un 20 % a un 40 % de los adolescentes in hogar se identifican como LGBTQ, comparados con un 4 % a un 10 % de sus pares que tienen hogar. La juventud LGBTQ reporta los índices más altos de prostitución para sobrevivir y el uso de sustancias, revela la investigación.
El informe clínico discute cómo la influencia de la tecnología y las redes sociales influyen en las experiencias de la juventud que huye de casa. Aunque existen algunos riesgos asociados con el uso de las redes sociales, también se le abona a la tecnología ofrecer oportunidades de intervención, tales como investigación para conectar con poblaciones de jóvenes sin hogar que son difíciles de localizar y que corren riesgo de ser víctimas de explotación sexual o trata de personas.
La AAP recomienda que el personal clínico:
Conduzca un historial social completo y confidencial con todos los adolescentes que incluya preguntas referentes a su entorno y actividades diarias, incluyendo el hogar, la escuela y amigos.
Pregunte si los adolescentes tienen acceso a fuentes de apoyo, y si pueden nombrar a un adulto en los que ellos pueden confiar.
Ofrezcan apoyo y se mantengan informados sobre recursos disponibles a nivel local y nacional para compartirlos con la juventud que huye de sus hogares y sus familias.
Si cree que un adolescente corre riesgo de huir de su hogar o lo ha hecho antes, discutir cómo elaborar un plan para mantenerlo seguro en el futuro, incluyendo opciones para ir a un hogar seguro y acceso a servicios de salud sexual y atención de la salud mental.
Identificar y ofrecer apoyo a ciertas poblaciones de alto riesgo de huir de sus hogares o de ser echados de su hogar, tales como las víctimas de abuso y negligencia, juventud en custodia protectora, niños que se denominan como LGBTQ, y niños con trastornos de salud mental o de abuso de sustancias.
"Todos los niños necesitan sentirse seguros y tener la tranquilidad de saber que pueden encontrar ayuda si la necesitan", dijo Janna R. Gewirtz O'Brian, MD, FAAP, coautora del informe. "El pediatra puede ofrecer una voz compasiva y de apoyo, fomentar relaciones positivas entre las familias que tienen dificultades y conectar a los niños y a las familias con recursos comunitarios".
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