Cuando surgen dificultades con la lactancia, hay un aumento en el diagnóstico de anquiloglosia, también llamada "lengua anclada" o "frenillo corto", en los bebés. A menudo, esto da lugar a una cirugía que, según los expertos médicos, se utiliza en exceso y podría no resolver los problemas de lactancia, de acuerdo con el nuevo informe clínico de la American Academy of Pediatrics (AAP).
La AAP revisa la investigación sobre el diagnóstico y el tratamiento de la anquiloglosia y ofrece recomendaciones basadas en la evidencia para ayudar a los pediatras a atender al bebé lactante en su informe "Identification and Management of Ankyloglossia and its Effect on Breastfeeding in Infants" (Identificación y manejo de la anquiloglosia y su efecto sobre la lactancia materna en bebés), publicado en la edición de agosto de 2024 de
Pediatrics.
La AAP anima a los médicos a considerar en primer lugar las opciones no quirúrgicas para abordar los problemas de la lactancia materna en lugar de una frenectomía (una cirugía que reduce la restricción del movimiento de la lengua del bebé).
"La lactancia materna es la mejor manera de proporcionar a los bebés la nutrición que necesitan, pero puede ser difícil e incluso dolorosa. Su pediatra es la persona más indicada para ayudar a identificar la causa de las preocupaciones y cómo resolverlas", afirmó Jennifer Thomas, MD, MPH, FAAP, autora principal del informe, escrito por la Sección de Lactancia Materna, el Consejo de Mejora de la Calidad y Seguridad del Paciente, la Sección de Salud Bucal, el Comité sobre Fetos y Bebés Recién Nacidos y la Sección de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello de la AAP.
Cuando la cirugía de lengua anclada no es la solución
"La cirugía suele ser innecesaria para los problemas de lactancia y la investigación sobre su eficacia es limitada. Los especialistas en lactancia y otros expertos suelen ser útiles cuando trabajan en equipo para ayudar a los padres", afirma.
El dolor materno es una de las quejas más comunes y puede ocurrir si la lengua del bebé no puede extenderse y elevarse debido a un frenillo lingual restrictivo (una red de tejido que une la lengua a la base de la boca).
El dolor puede provocar una mala transferencia de la leche y un crecimiento insuficiente. Algunas madres dejan de amamantar si no consiguen resolver el problema.
Sin embargo, "la mayoría de las
dificultades con la lactancia, incluido el dolor, no se deben a la anquiloglosia", dijo Maya Bunik, MD, MSPH, FAAP, FABM, presidenta de la Sección de Lactancia Materna de la AAP. "Estamos viendo que algunos proveedores de atención médica y clínicas promueven este diagnóstico y las frenectomías, pero no siempre son lo mejor para el paciente. Los padres también podrían sentirse presionados por lo que aprenden en las redes sociales sobre la anquiloglosia cuando surgen dificultades en la lactancia, ya que la concienciación ha crecido dentro de las comunidades en línea".
La American Academy of Pediatrics (AAP) recomienda la lactancia materna exclusiva durante unos 6 meses, con la continuación de la lactancia durante 2 años o más, según deseen mutuamente la madre y el bebé.
La tasa de diagnósticos de anquiloglosia en recién nacidos oscila entre el 1,7% y el 10,7%, según tres estudios diferentes centrados en diagnósticos en Estados Unidos, Canadá e Inglaterra. En un estudio se descubrió un aumento de casi 10 veces en el diagnóstico de anquiloglosia entre 1997 y 2012 y una nueva duplicación entre 2012 y 2016.
Un agarre ineficaz y un escaso aumento de peso son las consideraciones principales que debe tener en cuenta un pediatra al considerar un diagnóstico de anquiloglosia.
Tijeras frente a láser para una frenectomía
El enfoque más común para la frenectomía infantil es el recorte del frenillo con tijeras. Recientemente, se ha producido un aumento notable del uso del láser para la frenectomía por parte de médicos, cirujanos orales y dentistas. Según la AAP, no hay pruebas que respalden el uso de láser frente a otros métodos de frenectomía.
Otros tratamientos respaldados por algunos profesionales de atención médica son la fisioterapia, la terapia craneosacral o las terapias miofasciales, ninguno de los cuales está bien estudiado y suelen suponer gastos para las familias.
La investigación sobre la eficacia de la frenectomía es limitada, pero dos revisiones sugieren que la frenectomía causa una reducción a corto plazo del dolor en el pezón entre las madres que amamantan y un efecto positivo inconsistente en la lactancia del bebé, según el informe clínico.
La AAP recomienda esforzarse para lograr lo siguiente:
Detectar precozmente los problemas de alimentación para favorecer el éxito de la lactancia materna.
Ofrecer una atención integral a los bebés con lengua anclada colaborando con asesores de lactancia, patólogos del habla o del lenguaje y otros especialistas.
Reservar la frenectomía para los casos en los que se observen alteraciones funcionales significativas y en los que hayan fracasado las intervenciones no quirúrgicas. El procedimiento es seguro y los malos resultados son poco frecuentes. La atención posterior al procedimiento del bebé debería garantizar la mejoría de los síntomas.
Evitar recomendar ejercicios de estiramiento posteriores a la frenectomía en los que los padres abren la herida varias veces para evitar que se vuelva a adherir.
"Es fácil entender por qué una madre que amamanta está ansiosa por encontrar soluciones a sus problemas de alimentación, especialmente cuando se promociona en las redes sociales como una opción", afirmó la Dra. Thomas. "Simplemente animamos a las familias a trabajar primero con su pediatra, quien puede ayudarlos a entender lo que se sabe y lo que se desconoce sobre el diagnóstico de anquiloglosia y el tratamiento".
Los informes clínicos creados por la AAP están escritos por expertos médicos, reflejan la evidencia más reciente en el campo y pasan por varias rondas de revisión de pares antes de ser aprobados por la Junta Directiva de la AAP y publicados en
Pediatrics.
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