Mientras el índice de obesidad pediátrica sube, también aumenta el riesgo de que los niños sufran de diabetes y de enfermedades cardiovasculares que antes eran más comunes en los adultos.
Los médicos usan el término "síndrome metabólico" para describir y tratar adultos que tienen un determinado grupo de por lo menos tres de cinco criterios de diagnóstico, que incluyen exceso de peso corporal en la región abdominal, presión sanguínea alta, nivel elevado de glucosa en ayunas, niveles altos de triglicérido y niveles bajos del llamado colesterol "bueno" o lipoproteína de alta densidad (HDL, por sus siglas en inglés). La presencia del síndrome metabólico en los adultos se sabe que aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2. Sin embargo, en los niños, existe una gran controversia sobre cómo definir el síndrome metabólico y si el concepto es incluso relevante.
Con el propósito de brindar una guía, la American Academy of Pediatrics (AAP) publicará el informe titulado, "El síndrome metabólico en niños y adolescentes: un cambio de enfoque a la agrupación de factores de riesgo cardiometabólico" (en inglés). El informe sobre cómo evaluar y tratar a los niños con un riesgo cardiometabólico mayor será publicado en el número de agosto del 2017 de Pediatrics y publicado en línea el 24 de julio.
"Sabemos que la genética y el medio ambiente tienen un papel en el riesgo metabólico y en la obesidad", dijo Sheela N. Magge, MD, MSCE, FAAP, autora principal del informe clínico. "Nos gustaría ayudar a los pediatras a enfocarse en los riesgos más importantes que representan desafíos para toda la vida".
La AAP recomienda que, en lugar de enfocarse en una definición particular del síndrome metabólico, los pediatras deben concentrarse en identificar a los niños con agrupación de factores de riesgo altos, realizando evaluaciones para detectar riesgos tales como: obesidad central, alta presión arterial, prediabetes, triglicéridos altos y bajo nivel de lipoproteínas de alta densidad (el colesterol bueno). Los niños con múltiples factores de riesgo deben ser objetos de intervenciones.
Otras comorbilidades para realizar evaluaciones incluyen apnea obstructiva del sueño, síndrome ovárico poliquístico y enfermedad hepática grasa (hígado graso). Los factores de riesgo y las comorbilidades deben recibir el tratamiento indicado. Debido a que no hay evidencia para el tratamiento con medicamentos del síndrome metabólico pediátrico, adelgazar por medio de una dieta sana y actividad física sigue siendo el tratamiento pilar del síndrome metabólico.
"Los factores principales de la obesidad son complejos y no existen soluciones fáciles", dijo Sarah Amstrong, MD, FAAP y coautora del informe". Sin embargo, los pediatras pueden ayudar a garantizar que la obesidad no tenga consecuencias metabólicas realizando pruebas para determinar riesgos conocidos y asociados con la obesidad tales como la hipertensión, dislipidemia y prediabetes".
Incluso adelgazar un poco puede ofrecer grandes beneficios. Reducir el índice de masa corporal de 5 a 10 % ofrece beneficios metabólicos, de acuerdo con la investigación.
"La salud metabólica en la infancia sienta las bases para una buena salud metabólica de por vida en la adultez", dijo Elizabeth Goodman, MD, FAAP, coautora del informe. "Los pediatras pueden ayudar a mejorar la salud de por vida, identificando temprano a los niños que corren mayor riesgo de enfermedades del corazón y de diabetes".