El yoga ofrece una forma de liberarse del ritmo acelerado de vida y la sobrecarga de tecnología del mundo actual. Requiere únicamente que su niño "se desconecte" y deje su teléfono (y sus zapatos) a un lado para concentrarse exclusivamente en la acción de conectar la respiración y el movimiento. El yoga puede ayudar a los niños a vivir en el momento, a concentrarse en la tarea que están realizando y a lidiar con sus problemas de manera pacífica. Cuanto más seguido su hijo practique yoga, mayores serán los beneficios.
El yoga: más que hacer ejercicio, más que un deporte
Si bien cualquier deporte que se realice de manera adecuada activa la mente además del cuerpo, la práctica del yoga tiene como objetivo unir a ambos. El yoga abarca mucho más que simplemente las posturas de yoga que conocemos gracias a clases, videos o películas. Implica la combinación de determinadas posturas (asanas), técnicas para controlar la respiración (pranayamas), gestos con las manos (mudras) y meditación (dhyanas).
Se ha cultivado y perfeccionado cada postura corporal específica a lo largo de miles de años para generar efectos específicos en la mente y en el cuerpo. Independientemente de que se realice estando parado, sentado o acostado, cada posición puede estimular diversos grupos musculares. Al mismo tiempo, el niño toma más consciencia sobre su cuerpo y cómo este funciona. Algunas posiciones de yoga son más difíciles que otras, e incluso los niños flexibles con buen estado físico deben comenzar despacio.
El yoga para un entrenamiento interdisciplinario
Muchos atletas estudiantes, por ejemplo, practican yoga como una forma de entrenamiento interdisciplinario y de prevención de las lesiones por esfuerzo repetitivo. Los corredores fortalecen y estrechan/estiran las caderas, las piernas y los tendones de Aquiles. Los jugadores de béisbol fortalecen los brazos y los músculos de la parte superior del cuerpo. Los gimnastas aumentan su flexibilidad, equilibrio y concentración.
Beneficios del yoga para la salud
Los niños y los adolescentes constituyen una población ideal para aprovechar los beneficios terapéuticos y para la salud del yoga.
La American Academy of Pediatrics (AAP) recomienda el yoga como una terapia segura y potencialmente eficaz para los niños que afrontan afecciones de salud emocional, mental, física y conductual.
Los niños con necesidades especiales, por ejemplo, generalmente poseen tensión y un tono muscular rígido; es posible que el yoga los ayude. Estrechar/estirar el cuerpo permite aliviar la tensión y mantener posiciones de yoga aumenta la fuerza si se hace de manera regular. Además, el yoga tiene muchas posiciones de inclinación y de elongación que pueden ayudar a mover y estimular el sistema digestivo y aliviar el estreñimiento. Otros beneficios físicos del yoga incluyen:
La regulación de los niveles de azúcar y de insulina en la sangre
La regulación de los niveles de hormonas
La disminución del dolor abdominal en los niños con síndrome del intestino irritable (SII)
Un mejor equilibrio
Un estudio publicado en The American Journal of Occupational Therapy descubrió que practicar yoga a diario ayuda a los niños con trastorno del espectro autista – TEA a permanecer tranquilos y disminuye sus niveles de agresión, aislamiento social y ansiedad. Además, un estudio publicado en Journal of Developmental and Behavioral Pediatrics determinó que el yoga durante las clases de educación física redujo los problemas de estado de ánimo y la ansiedad de los adolescentes y también condujo a notas más altas en los exámenes. En muchos otros estudios, se ha demostrado repetidas veces que el yoga mejora:
Para los padres: ¡la respiración diafragmática puede ser contagiosa!
¡También es bueno para los padres dejar los teléfonos a un lado! Las rabietas o berrinches, las noches sin dormir y la prisa a la mañana, por ejemplo, ponen a prueba nuestros límites. En momentos como estos, puede resultar muy eficaz respirar profundamente un par de veces en lugar de perder el control.
La respiración básica del yoga y una o dos posiciones simples pueden ser herramientas importantes para manejar diversas situaciones de estrés y sufrimiento, además de los desafíos cotidianos. Enséñele a su hijo con su ejemplo. Anímelo a que practique el yoga o, aún mejor, ¡inscríbase usted mismo una clase! Namaste.
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