Por: Rosemary Martoma, MD, FAAP
Más de 2,7 millones (1 de cada 28 ) niños en los Estados Unidos tienen actualmente uno de sus padres en la cárcel o en una prisión. A menudo estos niños se enfrentan a un gran estrés, lo que incluye dificultades emocionales, físicas, académicas y económicas. Muchos niños optan por no hablar de su estrés porque les preocupa que el estigma de tener a uno de sus padres en la cárcel empeore las cosas.
La American Academy of Pediatrics reconoce que el tener uno de los padres en prisión es una experiencia adversa en la infancia, un trauma de la infancia que puede tener consecuencias para la salud y el bienestar durante la vida adulta. Es posible que algunos niños incluso sean testigos del arresto de su padre o madre y de otros eventos estresantes más allá del encarcelamiento, como un juicio y una sentencia. Aun así, estos niños pueden salir adelante si fomentan resiliencia .
Sea el ancla que los sostiene
Los niños resilientes suelen tener al menos una relación estable y comprometida con un adulto que los apoya. La orientación y el consejo de los adultos que los apoyan puede ayudar a los niños a fomentar aptitudes que les permitan sobrevivir al trauma de que uno de sus padres vaya a prisión.
Mantenga una comunicación abierta
Es prácticamente un hecho que los hijos de padres encarcelados hagan preguntas difíciles y experimenten situaciones complicadas, como acoso escolar y discriminación. El padre, la madre, el tutor u otro cuidador de un niño no podrá responder todas las preguntas ni resolver todos los problemas. No obstante, puede promover la resiliencia manteniendo una línea de comunicación abierta.
Estas son algunas de las sugerencias que propone C.A.R.E.S. (en inglés) para ayudar a fomentar la resiliencia:
Aceptar y validar las preocupaciones del niño.
Reafirmar y tranquilizar al niño diciéndole que no está solo.
Estimular el juego activo y la formación de habilidades.
Siempre compartir con el niño información honesta y adecuada para su edad.
Priorice la estabilidad
Con frecuencia los niños tienen que lidiar con grandes pérdidas cuando uno de sus padres va a prisión. Puede que pierdan a un cuidador, su hogar, su escuela y sus amigos. Los cuidadores pueden ayudar a aliviar ese trauma intentando mantener la situación del niño lo más estable posible. El establecimiento de rutinas puede ayudar. Cuando esto no sea posible, lo ideal es escalonar los cambios para que el niño no sienta que “ha perdido todo" de una sola vez.
Fomente la formación activa de habilidades
Los niños desarrollan resiliencia a través de actividades académicas, deportivas, culturales u otro tipo de actividades que representen retos. Estas actividades enseñan a los niños a desarrollar destrezas para resolver problemas en un entorno divertido. Por ejemplo, practicar deportes de equipo puede ayudar a un niño a formar nuevas amistades o a encontrar un entrenador que pueda ser modelo de apoyo. Los niños que aprenden a tocar un instrumento pueden adquirir habilidades que los ayudan a canalizar sus frustraciones.
Incluya a otros adultos que brinden apoyo
Cuando uno de los padres de un niño va a la cárcel, es común que el cuidador se sienta abrumado por las nuevas responsabilidades. Pedir ayuda a otros adultos de confianza podría mejorar la situación tanto para el cuidador como para el niño.
Una amplia red de adultos que brinden apoyo también puede ayudar a los hijos de padres encarcelados a seguir fomentando la resiliencia. Entre los ejemplos de adultos que ofrecen apoyo se incluyen a parientes de su familia, maestros, entrenadores, vecinos y miembros de su comunidad religiosa.
Considere ayudar al niño a conectarse con su padre o madre que están presos
La mayoría de los niños quieren mantenerse vinculados con su padre o madre presos. Si la relación fuera sana para el niño, un padre preso o una madre presa puede, de todos modos, actuar como un adulto que brinda apoyo. Mantener el contacto puede reducir la sensación de pérdida del niño y ayudar a brindar estabilidad.
Hay muchas barreras para comunicarse con un familiar que está preso, pero las familias pueden escribir, llamar, enviar correos electrónicos y participar en videovisitas. Asimismo, las familias pueden recordar y planificar formas creativas de celebrar ocasiones especiales tales como cumpleaños, graduaciones y demás fechas importantes que incluyan al padre preso o a la madre presa.
Busque programas que puedan ayudar.
Los cuidadores principales deben evaluar si cumplen con los requisitos para recibir ayuda de bienestar social. Los programas tales como el de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas (Temporary Assistance for Needy Families, TANF), Medicaid y de asistencia para vivienda pueden reducir significativamente las cargas económicas.
También hay una serie de programas comunitarios específicamente diseñados para apoyar a hijos de padres encarcelados. Estos programas ofrecen una amplia variedad de servicios, desde tutorías hasta orientación y terapia. Los cuidadores pueden hablar con el pediatra del niño para identificar recursos locales en su comunidad.
Información adicional:
Sobre Dra. Martoma
Rosemary Martoma, MBChB, MD, FAAP es pediatra en
ejercicio, defensora de la reforma de la justicia penal y presidenta de
KidsMates Inc., una organización nacional sin fines de lucro. La Dra. Martoma
estudió en Nueva Zelanda y en Estados Unidos y regularmente ofrece conferencias
ante audiencias nacionales sobre técnicas comprobadas para el fomento de la
resiliencia en los niños. Su trabajo en KidsMates Inc., en inglés, (www.kidsmates.org) se enfoca en empoderar a los hijos de padres
encarcelados.