Mi hijo parece estar cojeando. ¿Debo llamar a mi pediatra?
La cojera puede ser causada por algo tan simple como una piedrita en el zapato, una ampolla en el pie o un desgarro muscular. Pero una cojera también puede ser un signo de problemas más graves, como un hueso roto, una infección o un desgarro muscular. Por ese motivo, es importante hacer que su pediatra examine al niño con cojera para asegurarse de que no existan problemas graves.
Algunos niños cojean cuando recién aprenden a caminar. Una cojera temprana puede ser causada por un daño neurológico. Pero cualquier cojera en la etapa en la que su hijo empieza a caminar debe investigarse lo antes posible, ya que cuanto más tiempo pasa sin tratarse, más difícil puede ser corregirla. Una vez que se aprende bien a caminar, una cojera significativa repentina generalmente indica una de varias afecciones:
Una fractura infantil.
Una lesión o inflamación en la cadera (sinovitis).
Displasia (desarrollo anormal) de la cadera del desarrollo (DDH, por sus siglas en inglés) no diagnosticada anteriormente.
Una infección en los huesos o las articulaciones.
Enfermedad de Köhler (pérdida del suministro de sangre a un hueso del pie).
Artritis idiopática juvenil.
Fracturas
Una fractura infantil es una fractura en espiral de la tibia (uno de los huesos de la pierna que se extiende desde la rodilla hasta el tobillo). Puede producirse con accidentes menores, como cuando los niños tropiezan, saltan o se caen, o cuando se tiran por un tobogán sentados en el regazo de un niño mayor o un adulto con los pies metidos debajo de ellos. En ocasiones los niños pueden explicar como se produjo la lesión, pero generalmente, tienen dificultades para recordar exactamente lo que sucedió. A veces, un hermano mayor o un proveedor de cuidados para niños pueden resolver el misterio.
Infección
Los problemas en la cadera que causan una cojera esta edad generalmente se deben a una infección viral en la articulación. Debe informarlo a su pediatra. Cuando un niño tiene una infección en el hueso o en la articulación, generalmente tiene fiebre, hinchazón de la articulación y enrojecimiento. Si la infección está en la articulación de la cadera, el niño mantendrá la pierna flexionada o doblada a la altura de la cadera, estará extremadamente irritable y no querrá mover la cadera ni la pierna en ninguna dirección, aunque la hinchazón y el enrojecimiento tal vez no sean evidentes porque es una articulación profunda.
Problemas en la cadera
A veces, un niño nace con una cadera luxada (displasia de la cadera del desarrollo, DDH) que puede quizás se note recién cuando empiece a caminar. Como una extremidad es más corta y menos estable que la otra, caminará con una cojera evidente.
La cojera es un motivo importante por el que los padres de niños con artritis idiopática juvenil buscan atención médica. En un caso típico, un niño no se queja de sentir dolor. Pero igualmente cojea y el peor momento de la cojera es después de despertar por la mañana o después de hacer una siesta, y se nota menos cuando hace actividad.
Tratamiento
Con las lesiones menores, como una ampolla, un corte o una esguince, el tratamiento simple de primeros auxilios puede hacerse en el hogar. Sin embargo, si su hijo acaba de empezar a caminar y está cojeando constantemente, su pediatra debe examinarlo. Está bien esperar 24 horas si su hijo de mayor edad desarrolla una renguera, ya que en ocasiones, el problemas desaparecerá durante la noche. Pero si su hijo sigue cojeando al día siguiente, o tiene un dolor extremo, vea a su pediatra.
Es posible que sea necesario hacer una radiografía de la cadera o de la pierna entera para llegar al diagnóstico. Si hay una infección, se debe comenzar a dar antibióticos y es posible que se requiera la hospitalización. Se pueden administrar antibióticos intravenosos (IV) en altas dosis para permitirles llegar a la articulación y al hueso. Si un hueso se rompe o se luxa, se colocará la extremidad en una tablilla o yeso y se remitirá al niño a un traumatólogo para que lo evalúe y lo siga controlando. También es aconsejable ver a un
traumatólogo pediátrico si se diagnostica luxación congénita de cadera (DDH).