La lectura es un pilar del aprendizaje. Sin embargo, leer no siempre es fácil para todos los niños. Aproximadamente 10 millones de niños en los Estados Unidos tienen algún tipo de trastorno de la lectura.
Las personas con trastornos de la lectura pueden enfrentarse a desafíos cuando su cerebro procesa las palabras escritas y el texto de manera diferente. La escritura y las matemáticas también pueden ser un desafío para los niños con trastornos de la lectura.
Por lo general, los trastornos de la lectura se desarrollan a una edad temprana, aunque una
lesión cerebral puede causar un trastorno de la lectura a cualquier edad. También existen determinadas afecciones médicas que pueden ser causas subyacentes, como por ejemplo problemas del habla y de la audición.
Tenga en cuenta que los niños se desarrollan a distintos ritmos y que pasan diferentes cantidades de tiempo en cada etapa. En caso de que el nivel de lectura de su hijo sea inferior al
esperado para su edad, consulte con el médico de su hijo. Los niños que tienen problemas para leer se benefician de una intervención temprana. El médico de su hijo puede sugerir estrategias para ayudarle o derivarle a un especialista en lectura.
Las 5 grandes destrezas de lectura
El proceso de lectura es complejo y consta de muchos componentes. Un buen lector necesita desarrollar 5 destrezas al comenzar su recorrido por la lectura: reconocimiento de fonemas, fonética, vocabulario, fluidez y comprensión.
El
reconocimiento de fonemas es la capacidad de identificar y emplear sonidos individuales en las palabras habladas. El reconocimiento de fonemas ayuda a los estudiantes a aprender mejor el lenguaje y mejora sus capacidades de lectura.
En fonética, el niño aprende la relación entre las letras del lenguaje escrito y los sonidos individuales del lenguaje hablado. La fonética es una destreza esencial que los niños emplean para leer y deletrear, y reconocer palabras al instante.
El
vocabulario es la colección almacenada y cada vez mayor de palabras que el niño emplea en sus conversaciones y en la lectura.
La
fluidez es la capacidad de leer un texto con precisión, rapidez y buena expresión.
Un niño con buenas destrezas de
comprensión puede entender, recordar y darle sentido a lo que lee.
Los niños que tienen problemas con uno o varios de estos componentes pueden tener dificultades para leer. Un niño con un trastorno de la lectura suele tener más problemas para entender y reconocer lo que lee.
Trastornos de la lectura más frecuentes en los niños
La hiperlexia y la dislexia son tipos de trastornos de la lectura muy conocidos.
Hiperlexia
Un niño con hiperlexia tiene una gran capacidad de lectura antes de cumplir los 5 años y le fascina el material escrito, incluidas las letras y los números. Tiene una gran memoria visual y auditiva y puede recordar lo que ve y oye sin demasiado esfuerzo.
Sin embargo, a pesar de sus excelentes destrezas de lectura, tiene una baja comprensión lectora. Con frecuencia, repite frases u oraciones sin comprender su significado. Los niños con hiperlexia no pueden emplear sus destrezas lingüísticas de manera efectiva. Tienen dificultades con las preguntas de quién, qué, por qué, dónde y cómo. También tienen dificultades para hablar y comunicarse con los niños de su edad.
Con frecuencia, aunque no siempre, se asocia la hiperlexia con el trastorno del espectro autista (TEA). Aproximadamente el 84 % de los niños con hiperlexia pertenecen al espectro autista. Se estima que solo entre el 6 % y el 14 % de los niños con TEA tienen hiperlexia.
Tipos y síntomas de la hiperlexia
Existen 3 tipos de hiperlexia.
Hiperlexia de tipo 1: los niños con hiperlexia de tipo 1 aprenden a leer de manera temprana y muy por encima de su nivel esperado sin desarrollar ninguna discapacidad.
Hiperlexia de tipo 2: los niños con TEA tienen hiperlexia de tipo 2. Estos niños demuestran más signos de TEA, como por ejemplo evitan el contacto visual, evitan las muestras de afecto, tienen sensibilidad a los estímulos sensoriales y se obsesionan con las letras y los números.
Hiperlexia de tipo 3: los niños con hiperlexia de tipo 3 tienen una comprensión lectora extraordinaria, pero carecen de desarrollo del lenguaje verbal. Son extrovertidos, establecen contacto visual y demuestran afecto. Los síntomas de la hiperlexia de tipo 3 desaparecen gradualmente con el tiempo.
Diagnóstico y tratamiento de la hiperlexia
No existe una prueba específica para diagnosticar hiperlexia. Los niños con hiperlexia suelen manifestar síntomas y cambios en su comportamiento a lo largo del tiempo. Es posible que un niño con este trastorno tenga también otro, como por ejemplo un
trastorno del espectro autista, un trastorno del lenguaje o un trastorno de la comunicación social.
La intervención temprana aumenta las posibilidades de que el niño aprenda las destrezas sociales y lingüísticas. Hable con el médico de su hijo sobre los problemas de desarrollo para diagnosticar hiperlexia.
Un niño con hiperlexia de tipo 1 no necesita ningún tratamiento. La intervención en edad temprana es beneficiosa para los niños con hiperlexia de tipo 2 y 3. Los niños con hiperlexia pueden beneficiarse de la terapia del habla, del lenguaje y de la terapia ocupacional.
Dislexia
La dislexia altera la capacidad de lectura de una persona y puede afectar tanto a niños como a adultos. Los niños con dislexia pueden tener dificultades para decodificar las palabras, relacionar las letras con los sonidos y reconocer las palabras y la ortografía. Tener dislexia no refleja la inteligencia de una persona. En los Estados Unidos, 1 de cada 5 niños tiene dislexia.
Síntomas de la dislexia
Los síntomas y la gravedad de la dislexia pueden variar con la edad. Los síntomas de la dislexia suelen aparecer antes de que un niño comience la escuela. Un niño pequeño puede tener retraso en el habla, dificultades para procesar el lenguaje o problemas para seguir instrucciones. Tiene dificultades para ordenar y pronunciar palabras nuevas, y evita las actividades de lectura. Puede tardar en procesar y resumir lo que lee.
Estos niños suelen tener dificultades para memorizar y distinguir la izquierda de la derecha. Al leer, pueden emplear letras/sonidos invertidos, como por ejemplo la "d" y la "b" o la "p" y la "q", y pueden tener un retraso en el habla.
Diagnóstico y tratamiento de la dislexia
La dislexia suele diagnosticarse en la infancia, pero puede permanecer sin ser diagnosticada hasta la adultez. Debido a la dislexia, los niños tienen dificultades para leer, escribir, deletrear y hablar con claridad. La dislexia es genética y suele ser hereditaria.
No es posible diagnosticar dislexia con una sola prueba. Las evaluaciones suelen consistir en la identificación, la selección, las pruebas y la recopilación de información sobre los antecedentes y los problemas del niño. Luego, los profesionales evalúan las necesidades específicas del niño y determinan la mejor manera de ayudarle.
No existen medicamentos para tratar la dislexia. La intervención educativa temprana puede ayudar a un niño a aprender maneras efectivas de aprender y leer. La investigación demuestra que la enseñanza de la fonética que implica asociaciones de letras y sonidos puede mejorar significativamente la capacidad de lectura de los niños con dislexia.
Cómo ayudar a su hijo con dificultades de lectura
Es importante actuar pronto si observa problemas con el lenguaje hablado, la rima, la pronunciación o la búsqueda de palabras, especialmente si hay antecedentes familiares.
La intervención temprana es esencial porque una instrucción efectiva fomenta las capacidades de aprendizaje del niño y previene la
ansiedad, la depresión y la autoestima baja.
Leer el mismo libro una y otra vez ayuda a los niños que tienen dislexia. De este modo, aprenden a concentrarse en una sola palabra a la vez y desarrollan un ritmo de lectura natural.
Leer en voz alta ayuda a los niños con dislexia a decodificar palabras desconocidas y a desarrollar fluidez y confianza. Otra alternativa excelente a la lectura es escuchar audiolibros.
Recuerde
No dude en hablar con los maestros y el pediatra de su hijo si tiene alguna inquietud sobre el desarrollo de la lectura de su hijo, para que pueda recibir el apoyo adecuado que le ayude a prosperar.
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