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Problemas de salud

Dificultades y diferencias de aprendizaje: lo que los padres deben saber

​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​Por Jennifer Zubler, MD, FAAP​

Los niños aprenderán muchas habilidades en la vida: a escuchar y hablar, por ejemplo, o a leer, escribir y hacer matemática. Algunas pueden ser más difíciles de aprender que otras. Si su hijo ha tenido experiencias de aprendizaje e instrucciones apropiadas, pero no es capaz de seguir el ritmo de sus compañeros, es importante averiguar por qué y cómo ayudar.

Los niños con dificultades de aprendizaje pueden tener éxito en la escuela, el trabajo y en las relaciones. A menudo, pueden beneficiarse de la ayuda que hace uso de sus fortalezas y aborda cualquier área de necesidad.

¿Qué es una discapacidad del aprendizaje?

Discapacidad del aprendizaje es un término que se utiliza para describir una variedad de dificultades de aprendizaje que afectan a la forma en que el cerebro obtiene, utiliza, almacena y transmite información. Algunos niños tienen discapacidades específicas del aprendizaje (también conocidas como DA), como discapacidades para la lectura o para hacer matemática. Otros pueden tener afecciones que afectan el aprendizaje como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o la pérdida de la audición. Muchos niños con dificultades de aprendizaje pueden tener más de una discapacidad o problema de aprendizaje que interfiere a la hora de aprender.

¿Qué causa las dificultades de aprendizaje?

Hay muchas razones por las que un niño puede tener dificultades de aprendizaje. Las causas no siempre son conocidas, pero en muchos casos los niños tienen uno de los padres o un pariente con iguales o similares dificultades de aprendizaje. Otros factores de riesgo incluyen nacimiento con bajo peso o en forma prematura, o una lesión o enfermedad durante la niñez (por ejemplo, una lesión en la cabeza, envenenamiento con plomo o una enfermedad de la niñez como meningitis).​

​​Independientemente de la causa de las dificultades de aprendizaje, el primer paso es reconocer que su hijo tiene problemas y hablar de sus preocupaciones con los maestros y con el médico de su hijo. Juntos, pueden averiguar qué es lo que contribuye a las dificultades de aprendizaje de su hijo y asegurarse de que reciba la ayuda necesaria.

¿Cómo sé si mi hijo tiene dificultades de aprendizaje?

Las dificultades de aprendizaje no siempre son obvias, pero existen algunos signos que podrían implicar que su hijo necesita ayuda. Tenga en cuenta que los niños se desarrollan y aprenden a diferentes ritmos. 

Hable con el maestro de su hijo y comuníquele al médico de su hijo si muestra alguno de los siguientes signos:

Los niños en edad preescolar pueden tener:

  • Retrasos en el desarrollo del lenguaje. A los 2 años y medio, su hijo en edad preescolar debería poder hablar en frases u oraciones cortas.

  • Dificultad con el habla. A los 3 años de edad, su hijo debería hablar lo suficientemente bien como para que los adultos puedan entender la mayor parte de lo que dicen.

  • Dificultad para aprender los colores, las formas, las letras y los números.

  • Dificultad para rimar palabras.

  • Dificultad con la coordinación. A los 5 años de edad, su hijo debería poder abotonarse su ropa, usar tijeras y saltar. Debería poder copiar un círculo, un cuadrado o un triángulo.

  • Períodos de atención breves. Entre los 3 y los 5 años de edad, su hijo debería poder sentarse quieto y escuchar una historia breve. A medida que su hijo crece, debería poder prestar atención durante más tiempo.

  • Frustración o enojo al tratar de aprender.

Los niños en edad escolar y los adolescentes pueden tener dificultades para:

  • Seguir instrucciones.

  • Organizarse y mantener la organización en el hogar y la escuela.

  • Comprender instrucciones verbales.

  • Aprender datos y recordar información.

  • Leer, deletrear o pronunciar palabras.

  • Escribir con claridad (es posible que tengan una mala caligrafía).

  • Realizar cálculos matemáticos o solucionar problemas con enunciados.

  • Concentrarse en los trabajos escolares y terminarlos.

  • Explicar información con claridad en forma oral o escrita.​




Cómo encontramos respuestas y apoyo

Por Jon Morin

​​​Cuando mi hijo Benjamín era un bebé y un niño pequeño, alcanzó o superó todos los hitos del desarrollo de la lista. Estaba apilando docenas de bloques cuando debería haber sido capaz de apilar solo algunos. Comenzó a hablar muy pronto y estaba leyendo a cierto nivel a los 2 años. Estaba muy contento de tener un niño tan brillante, feliz y activo.

Sin embargo, había algo diferente en este niño. Parecía no dejar nunca de mover su cuerpo o su cabeza. Estaba alerta y atento todo el tiempo, nunca dormía una siesta, y casi nunca dormía más de unas pocas horas seguidas. No era fastidioso, pero parecía estar activo las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Cuando Benjamín estaba en el preescolar, sus diferencias se hicieron más evidentes. Era más activo que los otros niños, siempre saltando en su silla o caminando por el salón. Cuando se concentraba mucho o estaba emocionado, agitaba los brazos y las piernas. Era muy sensible a las texturas y a los sonidos. Benjamín también parecía ansioso.

No sabía qué significaba todo esto, pero sabía que no era normal. Mi esposa también estaba preocupada. Como ex especialista en intervención temprana, ella sabe mucho sobre el desarrollo infantil. Pero incluso con todo ese conocimiento en nuestro hogar, todavía no sabíamos lo que estaba sucediendo. Así que lo hablamos y decidimos que yo lo llevaría al pediatra.

No estaba seguro acerca de la cita. No sabía qué preguntar, y no sabía si el pediatra sabría qué hacer con mis preocupaciones. Así que en vez de hacer preguntas, solo describí mis observaciones sobre lo que me parecía que veía diferente. Describí su movimiento constante, su ansiedad y su sensibilidad. Le conté sobre sus preguntas repetidas y actividades repetitivas, y cómo alineaba sus coches de juguete en filas y hablaba de ellos tanto como si estuviera jugando con ellos.

Nuestro pediatra escuchó atentamente e hizo algunas preguntas aclaratorias. Cuando terminé de describir, enseguida supo cuál debía ser nuestro próximo paso: Nos derivó a un pediatra especializado en el desarrollo y la conducta, y en neurología.

Me sentí aliviado de tener un plan de acción claro. El pediatra especializado en el desarrollo y la conducta hizo las evaluaciones apropiadas y finalmente le dio a mi hijo su diagnóstico de TDAH y del trastorno del espectro autista.

Tuve emociones conflictivas cuando Benjamín recibió los diagnósticos. Pero estaba muy agradecido con nuestro pediatra por ayudarnos a obtener respuestas. Benjamín ahora recibe el apoyo y los servicios que necesita para salir adelante. Es un niño realmente feliz y divertido, y no se plantea tener etiquetas de TDAH o autismo. Son solo parte de su identidad.

Gracias a la ayuda del pediatra, nuestra familia está preparada para el salir adelante. No todos los niños con diferencias de aprendizaje necesitarán ver a un especialista o tener los mismos diagnósticos que nuestro hijo.  Le recomiendo que hable con su pediatra para que le ayuda a descubrir qué es lo mejor para su hijo. Estoy muy contento de que hayamos tenido esa conversación.

Jon Morin es un blogger colaborador de Understood.org. Visite Take N.O.T.E. (en inglés). Note si algo está fuera de lo ordinario. Observe comportamientos para determinar patrones. Hable con el profesor o maestro, el trabajador social o cuidador para validar sus observaciones. Incluya​ a un profesional de confianza, como un a un pediatra.​

¿Hay cura para las discapacidades o dificultades del aprendizaje?

No existe precisamente una "cura" para las discapacidades del aprendizaje, pero hay muchas formas de ayudar a los niños y a las familias a manejarlas de manera que ayuden a los niños a aprender y a tener una vida exitosa. Tenga cuidado con las personas y los grupos que afirman tener respuestas o soluciones simples. Es posible que escuche hablar sobre ejercicios oculares, movimientos corporales, dietas especiales, vitaminas y suplementos nutricionales. No existe buena evidencia de que estos funcionen. Si tiene dudas, hable con el médico de su hijo. Además, para obtener más información, puede comunicarse con recursos confiables, como los que se mencionan al final de esta página.

¿Quiénes pueden ayudar?

Hable con el médico y con los maestros de su hijo sobre cualquier problema de aprendizaje que note. Los pediatras pueden evaluar los retrasos en el desarrollo y otras problemas que puedan contribuir a ello. También pueden derivarlo a especialistas con experiencia en discapacidades del neurodesarrollo, pediatría del desarrollo y conductual, neurología infantil o psicología infantil, por ejemplo. Los maestros y otros especialistas en educación realizan pruebas de detección o evaluación para identificar problemas y determinar si las intervenciones tempranas de los apoyos basados en la escuela pueden ayudar. La mayoría de los equipos de evaluación escolar tienen psicólogos y especialistas en aprendizaje.

4 maneras en que los padres pueden ayudar a sacar adelante a los niños con dificultades de aprendizaje

Además de trabajar con los maestros y los médicos de su hijo, los padres de familia pueden brindar apoyo a los niños con discapacidades del aprendizaje. Por ejemplo:

  • Concéntrese en las fortalezas. Todos los niños tienen cosas que hacen bien y cosas que les resultan difíciles. Encuentre las fortalezas de su hijo y ayúdelo a aprender a usarlas. Su hijo podría ser bueno en matemáticas, música o deportes. Podría ser hábil en el arte, en el trabajo con herramientas o en el cuidado de animales. Asegúrese de elogiar a su hijo con frecuencia cuando hace algo bien o tiene éxito en una tarea.

  • Desarrolle las habilidades sociales y emocionales. Las dificultades de aprendizaje combinadas con los desafíos de crecer pueden hacer que su hijo se sienta triste, enojado o retraído. Ayude a su hijo dándole amor y apoyo, y reconociendo que el aprendizaje es difícil porque su cerebro aprende de diferente manera. Trate de buscar clubes, equipos y otras actividades que se concentren en la amistad y la diversión. Estas actividades también pueden fomentar la confianza. Y recuerde, la competencia no solamente implica ganar.

  • Utilice los recursos y los grupos de apoyo para aprender más sobre cómo criar a un niño con dificultades de aprendizaje. Los problemas de aprendizaje son comunes. Usted y su hijo no están solos en este proceso.

  • Planifique para el futuro. Muchos padres de niños con dificultades de aprendizaje se preocupan por el futuro de su hijo. Ayude a su hijo a planificar su adultez alentándolo a tener en cuenta sus fortalezas e intereses cuando elija su educación y carrera. Recuérdele que aprender de forma diferente no está ligado a lo inteligente que sea. De hecho, muchas personas con dificultades de aprendizaje son brillantes y tienen mucho éxito en la vida cuando crecen. Los programas especial​es de carrera y de trabajo pueden ayudar a fomentar la confianza mediante la enseñanza de habilidades laborales y de toma de decisiones. Muchas universidades tienen programas para apoyar a los estudiantes con dificultades de aprendizaje a obtener un título.

​Recuerde

Los niños con dificultades de aprendizaje pueden aprender y tener éxito si reciben la ayuda y el apoyo correctos. Cuanto antes lo sepa, más rápido podrá obtener ayuda para su hijo. Hable con los maestros y con el médico si tiene alguna inquietud sobre el aprendizaje de su hijo.​

Información adicional:

Sobre la Dra. Zubler

Jennifer Zubler, MD, FAAP, es pediatra certificada por la junta que participa en el comité ejecutivo de la Sección de Pediatría del Desarrollo y Comportamiento de la American Academy of Pediatrics. Completó una especialización en educación de liderazgo para casos de discapacidades neurológicas del desarrollo en la Universidad del Estado de Georgia (GA-LEND), donde sigue desempeñándose como tutora de los estudiantes. Además, la Dra. Zubler trabaja como voluntaria una clínica pediátrica en Georgia en la coordinación multidisciplinaria del desarrollo y el comportamiento. 


Última actualización
12/1/2021
Fuente
American Academy of Pediatrics (Copyright © 2020)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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