Por lo general pensamos en la presión arterial alta, también conocida como hipertensión, como un problema que afecta a los adultos. Pero, de hecho, la afección puede estar presente a cualquier edad.
Se calcula que un 3,5 % del total de niños y adolescentes en Estados Unidos tienen presión arterial alta; sin embargo, a menudo la afección pasa desapercibida y no se trata.
La detección precoz es fundamental
Si la presión arterial alta no se identifica a temprana edad, podría pasar sin diagnosticarse durante años, lo que acabaría por ocasionar un daño orgánico y otros problemas de salud, como arteriopatías coronarias, durante la vida adulta.
El informe de la American Academy of Pediatrics (AAP), Pautas de práctica clínica para la evaluación y el manejo de presión arterial alta en niños y adolescentes (en inglés), ofrece a los pediatras una tabla de evaluación más sencilla que pueden seguir para identificar las presiones arteriales que necesitan ser evaluadas más a fondo.
¿Cómo se mide la presión arterial?
El término presión arterial en realidad hace referencia a dos mediciones separadas:
La presión arterial sistólica es la presión más alta que se alcanza en las arterias a medida que el corazón bombea sangre para que circule por el cuerpo.
La presión arterial diastólica es una presión mucho más baja que ocurre en las arterias cuando el corazón se relaja para absorber sangre entre latidos.
Si una de las dos mediciones, o ambas, están por encima del rango encontrado en personas sanas de la misma edad y del mismo sexo, a eso se le llama hipertensión.
Evaluación de niños con presión arterial alta
Es difícil diagnosticar a los niños debido a que la presión se ve afectada por muchos factores, tale scomo la estatura, la edad y el sexo. La AAP y el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (National Heart, Lung and Blood Institute) recomiendan que los niños se sometan a evaluaciones anuales de presión arterial alta a partir de los 3 años en sus visitas anuales de control periódicas.
Si la presión arterial de su hijo es alta, típicamente le pedirán que regrese una semana después para ver si siguen siendo altas las lecturas.
Si su hijo tiene lecturas elevadas en tres visitas consecutivas, deberá someterse a una evaluación para determinar la causa de la hipertensión y el riesgo de lesiones orgánicas.
Los bebés prematuros o de bajo peso al nacer que tengan una estadía prolongada o difícil en el hospital tal vez necesiten evaluaciones de presión arterial antes de los 3 años. Los niños que tengan cardiopatías congénitas, que estén recibiendo medicamentos que pudieran aumentar la presión arterial o que tengan cualquier otra afección también podrían correr mayor riesgo de tener presión arterial alta.
Consejo para los padres: Recuerde preguntar a su pediatra si le tomó la presión arterial a su hijo y, si lo hizo, si la lectura es normal o preocupante.
¿Cuáles son las causas?
La presión arterial alta en niños es casi siempre asintomática, sin ningún síntoma o molestia notable.
En muchos casos, la presión arterial alta parece desarrollarse con la edad. Como resultado, un niño puede no mostrar signos de presión arterial alta como bebé, pero podría desarrollar la afección a medida que crezca.
Para los 7 años, más del 50 % de la hipertensión se debe a la obesidad; esto aumenta a entre el 85 y el 95 % durante la adolescencia. Por consiguiente, los buenos hábitos de alimentación (no comer en exceso, consumir alimentos bajos en sodio y azúcares adicionales y rico en frutas y verduras) y abundante actividad física son cosas importantes durante los primeros años de la infancia (y para el resto de la vida de su hijo).
Cuando la presión arterial alta se torna grave en los niños, suele ser un síntoma de otro problema grave, como una enfermedad renal o anomalías del corazón o del sistema nervioso o endócrino (glandular).
Diagnóstico de la presión arterial alta en niños
Si la presión arterial de su hijo fuera alta, el pediatra le indicará hacerse pruebas para ver si hay algún problema médico subyacente que la provoque. Estas pruebas incluyen estudios de sangre y orina. A veces se usan radiografías especiales para examinar el suministro de sangre a los riñones. Si no se encontrara ningún problema médico, a su hijo le diagnosticarán hipertensión esencial; la palabra esencial solo se refiere al hecho de que no se pudo encontrar ninguna causa.
Acerca de la hipertensión esencial:
En la mayoría de los niños y adolescentes no se identifica la causa de la hipertensión. Los médicos tienen en cuenta el historial médico del niño (otros diagnósticos como la enfermedad renal), los antecedentes médicos de la familia (hipertensión hereditaria 50 %), factores de riesgo tales como, bajo peso al nacimiento, y si el niño tiene o no sobrepeso en el momento).
Manejo y tratamiento
El tratamiento de primera línea para la presión arterial alta en los niños sigue siendo el cambio de estilo de vida.
Si la causa fuera la obesidad, el primer paso será que el niño baje de peso. Esto deberá ser algo controlado muy estrictamente por el pediatra. Bajar de peso no solo bajará la presión arterial, sino que también puede brindar muchos otros beneficios de salud.
Limite la sal en la dieta de su hijo. Dejar de consumir sal de mesa y restringir el consumo de alimentos salados puede bajar la presión arterial de algunos pacientes. Fuentes comunes de alimentos con sal incluyen, el pan, carnes frías, pizza, y alimentos preparados fuera del hogar.
Sea precavido al comprar alimentos envasados. La mayoría de los alimentos enlatados y procesados contienen mucha sal, por lo que debe revisar las etiquetas con cuidado para asegurarse de que las cosas tengan poca o ninguna sal agregada.
Ayude a su hijo a hacer más ejercicio aeróbico. La actividad física aeróbica puede bajar la presión arterial, debido a su efecto sobre los vasos sanguíneos y el corazón, incluso cuando los pacientes no pierdan peso. La AAP recomienda 60 minutos de actividad física por día.
Acerca de los medicamentos para bajar la presión arterial:
Si los cambios de estilo de vida no funcionan, es necesario un tratamiento más agresivo. Las pautas de la AAP recomiendan comenzar con los medicamentos para bajar la presión arterial si los cambios de estilo de vida para reducir la presión arterial de su hijo no dan resultado o si su hijo tiene otra afección como diabetes o enfermedad renal.
Hay varios medicamentos antihipertensivos analizados con seguridad comprobada a corto y largo plazo. La cantidad de niños que acabarán tomando medicamentos antihipertensivos recetados es pequeña, un 1 % o menos.
Cuidado a largo plazo:
Una vez que su pediatra sepa que su hijo tiene presión arterial alta, querrá controlarlo con frecuencia para asegurarse de que la hipertensión no se agrave. Dependiendo de cuán alta sea la presión arterial, puede que su pediatra transfiera a su hijo a un especialista, por lo general un nefrólogo pediátrico (especialista en riñones) o un cardiólogo pediátrico (especialista en el corazón).
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