Por: Caitlin Haxel, MD, FAAP y Julie Glickstein, MD, FAAP
La hipertensión pulmonar es la presión alta en las arterias de los pulmones. Es una enfermedad rara y progresiva que afecta a personas de todas las edades.
Cómo afecta la hipertensión pulmonar a los bebés y niños:
Los niños nacen con las arterias pulmonares estrechas o las arterias se engrosan y estrechan con el tiempo. El estrechamiento de las arterias provoca un aumento de la presión. El ventrículo derecho bombea sangre a los pulmones para recibir oxígeno. En los casos de hipertensión arterial pulmonar, un tipo de hipertensión pulmonar, el ventrículo derecho necesita bombear el aumento de presión en las arterias pulmonares. Esto, con el tiempo, puede conducir a problemas cardíacos, en especial en el ventrículo derecho. Las paredes del ventrículo derecho pueden engrosarse mucho más de lo normal y la función del ventrículo puede disminuir con el paso del tiempo.
Hipertensión pulmonar en recién nacidos:
Hipertensión pulmonar persistente del recién nacido es la expresión que se usa cuando los bebés nacen con la enfermedad. Las transiciones normales de la circulación que ocurren después del nacimiento no suceden, y esto puede provocar síntomas tales como respiración acelerada, dificultades para respirar o baja saturación de oxígeno.
Hipertensión pulmonar en niños:
La hipertensión pulmonar puede desarrollarse en los niños debido a una causa desconocida (hipertensión pulmonar ideopática) o por algún otro problema médico, incluyendo cardiopatía congénita o enfermedad pulmonar.
Síntomas de hipertensión pulmonar:
Los síntomas de hipertensión pulmonar dependen de la causa exacta. Es necesario hacer un estudio diagnóstico completo para averiguar cuál es la causa subyacente.
En los niños se pueden presentar una variedad de síntomas, tales como:
Problemas para respirar al hacer actividad
Dolor en el pecho
Desmayos, en particular al hacer actividad
Hinchazón en piernas o tobillos
Mareos
¿Qué tipo de médico trata a los niños con hipertensión pulmonar?
Si el pediatra está preocupado por los síntomas de su hijo, es posible que lo refiera a un especialista en hipertensión pulmonar pediátrica para una evaluación —por lo general un cardiólogo pediátrico o un neumólogo pediátrico con vasta capacitación en hipertensión pulmonar que trate a muchos niños con esa afección.
Diagnóstico de hipertensión pulmonar:
Para confirmar el diagnóstico, los médicos de su hijo revisarán los resultados de un examen físico y varias pruebas realizadas en la cita.
Los siguiente son ejemplos de algunas pruebas:
Radiografía de tórax
Electrocardiograma (trazado de la actividad eléctrica del corazón)
Ecocardiograma (ecografía del corazón)
Prueba de caminata de seis minutos o prueba de ejercicio cardiopulmonar (para entender cómo responde el cuerpo al ejercicio)
Gammagrafía pulmonar de ventilación y de perfusión (que observa la circulación de la sangre y del aire en los pulmones)
Estudios de imagenología más avanzados:
Tomografía computarizada (TC) de tórax/cardíaca, que usa radiación para mirar los pulmones y los vasos sanguíneos
Resonancia magnética (RM) de tórax/cardíaca, que usa campos magnéticos para mirar los pulmones y los vasos sanguíneos
Cateterismo cardíaco, un procedimiento para medir la presión en los vasos sanguíneos de los pulmones
Biopsia pulmonar (un procedimiento invasivo para obtener una muestra minúscula de tejido pulmonar para analizar)
Tratamientos para la hipertensión pulmonar:
Siempre que sea posible, es importante identificar y tratar el problema subyacente. Si su hijo tiene un problema de válvulas cardíacas y eso está causando la hipertensión pulmonar, por ejemplo, entonces el tratamiento involucraría, en primer lugar, la reparación de la válvula.
Hay muchos medicamentos que se usan para reducir la presión de los vasos sanguíneos del pulmón y que mejoran la calidad de vida en los niños y bebés con hipertensión pulmonar. Tanto la warfarina (Coumadin) como la digoxina y los vasodilatadores, como nifedipina o prostaciclina intravenosa, son ejemplos de ello. Estos medicamentos se pueden tomar por vía oral, por inhalación directa a los pulmones o administrarse por vía IV en los vasos sanguíneos. Todas las personas responden de manera diferente al tratamiento, por lo que es importante que hable con los médicos de su hijo para definir qué es lo correcto para el niño.
Pronóstico para los niños con esta enfermedad:
La hipertensión pulmonar no tiene cura, y a la larga algunos niños necesitan trasplantes de pulmón o de pulmón y corazón. No obstante, hay nuevos tratamientos disponibles para ayudar a prevenir el avance de la enfermedad, y se están haciendo nuevas investigaciones en todo momento que esperamos que descubran más opciones.
Sobre la Dra. Haxel:
Caitlin Haxel, MD, FAAP, es especialista en cardiología pediátrica en
capacitación de beca de posdoctoral (fellowship) que se enfoca en
imagenología avanzada y cardiología fetal en el Hospital Infantil de Aurora,
Colorida. Completó su educación médica en la Universidad del Estado de Nueva
York en Brooklyn, Nueva York; y luego cumplió con su residencia pediátrica y su
especialización de cardiología pediátrica en el Hospital Infantil New York
Presbyterian-Morgan Stanley del Centro Médico de la Universidad de Columbia en
Nueva York, NY. Dentro de la American Academy of Pediatrics, la Dra.
Haxel integra el Departamento de Publicaciones sobre Cardiología y Cirugía
Cardiotorácica y el Comité de Comunicaciones.
Sobre la Dra. Glickstein:
Julie Glickstein, MD, FAAP, es profesora de pediatría en el Hospital Infantil
de la Universidad Presbyterian/Columbia en Nueva York. Integra varias
organizaciones profesionales, dentro de las que se encuentran la Asociación Americana
del Corazón, el Colegio Americano de Cardiología, la Sociedad Americana de
Ecocardiografía, la Sociedad de Cardiología Pediátrica de Nueva York y la Sociedad
de Cardiología Fetal. Dentro de la American Academy of Pediatrics, forma parte
del Directorio del Programa de capacitación de la Sociedad de Cardiología
Pediátrica e integra el Departamento de Publicaciones sobre Cardiología y
Cirugía Cardiotorácica y el Comité de Comunicaciones. Además, integra el Grupo
de Trabajo de Salud Pública sobre Cardiopatías Congénitas.