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Problemas de salud

Síndrome de taquicardia postural ortostática (POTS) o por qué mi niño se marea al pararse

​​​​Por: Kristen Sexson-Tejtel, MD FAAP y Carolyn Altman, MD FAAP

El síndrome de taquicardia postural ortostática (POTS) es una afección causada por un problema en la forma en que los nervios regulan el flujo sanguíneo. Como resultado, no fluye suficiente sangre hacia el lugar correcto en el momento correcto.

Por ejemplo, cuando un niño o adolescente con POTS se pone de pie (un cambio de postura), los vasos sanguíneos de las piernas y los pies están demasiado relajados y permiten que la sangre se acumule en las venas. Esto, a su vez, disminuye el flujo sanguíneo de regreso al corazón y al cerebro. Esto puede provocar mareos y visión borrosa.

Para compensar la falta de flujo sanguíneo, el corazón late mucho más rápido (taquicardia). Con el POTS, generalmente hay un aumento en la frecuencia cardíaca de 30 a 40 puntos desde la posición de acostado a la posición de pie o una frecuencia cardíaca de pie mayor a 120 latidos por minuto (lpm).

El POTS generalmente comienza alrededor de la pubertad, pero puede desarrollarse a cualquier edad. Aproximadamente del 75% al 85% de los casos ocurren en mujeres. El POTS puede mejorar o incluso desaparecer en un 80% en la mayoría de las personas cuando tienen poco más de 20 años. Los síntomas a veces comienzan después de una enfermedad viral, una cirugía mayor o un traumatismo. Generalmente empeoran por la mañana, lo que dificulta prepararse para la escuela.​

¿Qué causa el POTS?

Se cree que el POTS es un trastorno del sistema nervioso autónomo, la parte del sistema nervioso que controla la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el movimiento de los alimentos a través del intestino, la sudoración y muchas otras funciones. Otros factores que pueden contribuir al POTS incluyen la deshidratación, el mal estado físico, la ansiedad y/o la hipervigilancia (ser mucho más sensible a los cambios de sensaciones en el cuerpo).

Síntomas del POTS

El POTS causa una variedad de síntomas en el corazón y los vasos sanguíneos, que incluyen:

  • Palpitaciones (la sensación de cambios rápidos en la frecuencia cardíaca o latidos cardíacos acelerados)

  • Molestias en el pecho

  • Mareos, aturdimiento o desmayo (síncope)

  • Intolerancia al ejercicio: sentirse demasiado fatigado por realizar una actividad física razonable

  • Cansancio extremo

Debido a que el sistema nervioso autónomo tiene un impacto tan amplio en todo el cuerpo, otros síntomas del POTS pueden incluir:

  • Síntomas gastrointestinales (GI) como náuseas, hinchazón, calambres, vómitos, diarrea o estreñimiento

  • Dolor en los músculos y/o en las articulaciones

  • Problemas para dormir (insomnio)

  • Dolores de cabeza, especialmente migrañas

  • Visión borrosa

  • Pensamiento confuso, falta de concentración o "niebla mental"

  • Ansiedad y/o depresión

  • Extremidades frías con coloración rojiza/violácea de los pies

  • Períodos menstruales abundantes, dolorosos y prolongados

Diagnóstico del POTS

Un historial completo y un examen físico son las claves para ayudar al médico de su hijo a hacer el diagnóstico del POTS. Ellos también pueden recomendar algunas pruebas, tales como:

  • Las mediciones de los signos vitales ortostáticos, incluida la prueba de pie en actividad, son muy útiles: la frecuencia cardíaca y la presión arterial del niño se miden primero mientras está acostado, luego sentado y luego mientras está de pie durante 2, 5 y 10 minutos. Si el paciente tiene menos de 19 años, la prueba es anormal si la frecuencia cardíaca aumenta más de 40 latidos por encima de la frecuencia en reposo a los 10 minutos de estar de pie (más de 30 latidos es el límite si es mayor de 19 años). Un descenso de la presión arterial al ponerse de pie ocurre con menos frecuencia. La prueba de pie en actividad puede provocar los síntomas del POTS.

  • El electrocardiograma (ECG) se usa para descartar otros problemas cardíacos que pueden causar latidos cardíacos acelerados.

Otras pruebas que a veces se necesitan incluyen:

  • Análisis de sangre: pruebas de la función tiroidea, hemogramas completos.

  • Monitor Holter de 24 horas: este dispositivo registra todos los latidos del corazón durante 24 horas para poder examinar la frecuencia y el ritmo cardíacos.

  • Ecocardiograma: una ecografía del corazón para observar la estructura y función del corazón.

Un equipo de especialistas puede participar en el manejo de este trastorno multisistémico. Este puede incluir cardiólogos, neurólogos, gastroenterólogos, terapeutas, psiquiatras, reumatólogos o endocrinólogos.

Tratamiento para el POTS

No existe un tratamiento perfecto para el POTS. El tratamiento se individualiza según los síntomas específicos de cada niño y las recomendaciones pueden incluir:

  • Aumentar la ingesta de agua a por lo menos 60 a 80 onzas por día (dependiendo del tamaño del niño) y un aumento en la cantidad de sal en la dieta. Juntos, ayudan a retener líquido y a llenar los vasos sanguíneos demasiado relajados.

  • Dormir mucho, hasta 10 horas por noche.

  • Dormir con la cabecera de la cama ligeramente levantada. Con el tiempo, esto disminuye los síntomas matutinos de mareos a medida que se reentrena el sistema nervioso.

  • Hacer ejercicio. Entrenamientos suaves al principio y aumentando gradualmente a ejercicio moderado a diario. Para empezar, los ejercicios deben ser aquellos en los que el niño no esté erguido, como nadar, andar en bicicleta reclinado o remar. La mejoría de la fuerza en las piernas y la zona media mejora el retorno de sangre de las piernas. El ejercicio también mejora el estado físico y la energía, y con el tiempo ayuda a reentrenar el sistema nervioso.

  • Llevar una dieta saludable y evitar saltarse comidas. Las comidas pequeñas y frecuentes pueden ser útiles.

  • Usar medias de compresión.

  • Evitar la cafeína.

¿Existen medicamentos para el POTS?

Por lo general, los medicamentos se consideran solo para aquellos pacientes que aún tienen síntomas importantes incluso después de probar los cambios anteriores en la hidratación, el sueño y el ejercicio. Se recomienda la derivación a un cardiólogo o neurólogo pediátrico con experiencia en el POTS si se necesitan medicamentos. Es posible una variedad de medicamentos diferentes y estos deben adaptarse a los síntomas individuales del niño. Los medicamentos se utilizan junto con los tratamientos anteriores, no como sustitutos.

Otros tipos de atención para el POTS

Debido a que el POTS puede durar años y puede incluir brotes de síntomas, es fácil sentirse frustrado, ansioso, estresado e incluso deprimido. Muchas familias se benefician del asesoramiento para que les ayude a lidiar con este trastorno crónico. Los niños pueden requerir planes de cuidados especiales en la escuela.

Más información​

​​​Sobre la Doctora Sexson-Tejtel

S. Kristen Sexson Tejtel, MP, PhD, MPH, FAAP, es cardióloga pediátrica con interés profesional en representación óptica/imágenes cardíacas y enfermedades cardíacas en los niños. Dentro de la American Academy of Pediatrics, la Dra.Sexson Tejtel es miembro de la Sección de Cardiología y Cirugía Cardíaca y el Comité de Publicaciones y Comunicaciones.​​

​​​Sobre la Doctora Altman

Carolyn Altman, MD FAAP, es jefa asociada de cardiología en el Texas Children's Hospital y profesora de pediatría en Baylor College of Medicine en Houston, Texas. Es líder del Comité de publicaciones y comunicaciones del Departamento de cardiología y cirugía cardiotorácica de la American Academy of Pediatrics. La Dra. Altman es miembro activo de la Fetal Heart Society, el American College of Cardiology y la American Heart Association. Sus intereses incluyen la ecocardiografía pediátrica, congénita y fetal, la enfermedad de Kawasaki y otras enfermedades cardíacas inflamatorias, y la cardiología pediátrica general.



Última actualización
6/25/2021
Fuente
American Academy of Pediatrics Section on Cardiology and Cardiac Sugery (Copyright © 2021)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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