Por: Jenna Klotz, MD, MS, FAAP
La parálisis de Bell es una afección nerviosa que hace que los músculos de la cara se debiliten repentinamente. Casi todos los casos de parálisis de Bell afectan solo un lado de la cara, que puede parecer caído.
La parálisis de Bell puede ser angustiante para los niños y adolescentes. La buena noticia es que generalmente se recuperan por completo. Continúe leyendo para obtener más información.
¿Cuáles son los síntomas de la parálisis de Bell?
Cada lado de la cara tiene su propio nervio facial que controla sus músculos. Cuando este nervio no funciona correctamente, esto se llama "parálisis" del nervio.
Con la parálisis de Bell, la debilidad facial se desarrolla con cierta rapidez, en el transcurso de 1 a 2 días. Poco antes de que comience la debilidad, los niños pueden experimentar dolor de oído o mandíbula y sensibilidad dolorosa a los sonidos en el lado afectado.
En el lado de la cara afectado por la parálisis de Bell, los niños tienen problemas para hacer lo siguiente:
La parálisis de Bell también puede causar que los niños tengan dificultades para hablar, mantener alimentos o líquidos en la boca o chupar una pajita. Para algunos, los sonidos pueden parecer más fuertes en el oído del lado con la debilidad. El sentido del gusto en la lengua también puede verse disminuido en ese lado.
La sensación en la cara no debería verse afectada por la parálisis de Bell, pero a veces los niños dicen que sienten que tienen la cara "adormecida" o "extraña". Esto se debe a que tienen dificultades para mover ese lado de la cara.
¿Qué causa la parálisis de Bell?
La parálisis de Bell es "idiopática", lo que significa que no se conoce la causa exacta. Pero se cree que ocurre cuando el sistema inmunitario causa inflamación e hinchazón en el nervio facial, como ocurre después de una infección reciente.
¿Qué más puede causar debilidad en los músculos faciales?
Aproximadamente la mitad de los niños que desarrollan debilidad repentina en un lado de la cara tienen parálisis de Bell. A veces, la parálisis del nervio facial tiene una causa específica, como una lesión o la propagación de una infección cercana al nervio. Cuando ese es el caso, no se llama parálisis de Bell y se trata de manera diferente.
¿Cómo se diagnostica la parálisis de Bell?
En la mayoría de los casos de parálisis de Bell típica, no se necesitan pruebas. Se puede diagnosticar cuando un niño tiene debilidad de aparición repentina en un lado de la cara, que afecta la parte superior e inferior de la cara.
Cuándo pueden ser necesarias las pruebas
Si hay debilidad o síntomas en otra parte del cuerpo, entonces no se trata de la parálisis de Bell. La debilidad que involucra solo la parte inferior de la cara no descarta la parálisis de Bell, pero puede necesitar pruebas para excluir otras causas.
Los niños que tienen un sistema inmunitario debilitado, una enfermedad autoinmune o que parecen estar enfermos también pueden necesitar pruebas. Estas pruebas pueden incluir una exploración mediante resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) o tomografía computarizada (CT, por sus siglas en inglés), punción lumbar o análisis de sangre, por ejemplo.
Se puede considerar la prueba de la
enfermedad de Lyme si vive en un área donde la enfermedad de Lyme es común, especialmente con casos poco frecuentes de parálisis de Bell que afecta a ambos lados de la cara. Sin embargo, estas pruebas no son necesarias en la mayoría de los casos de rutina.
¿Cómo se trata la parálisis de Bell?
Esteroides
Con frecuencia, se recetan medicamentos
esteroides especialmente cuando se diagnostica a los niños dentro de los 3 días posteriores al inicio de la debilidad facial. No está claro si los esteroides son realmente necesarios para tratar la parálisis de Bell en niños. Pero dado que son útiles en casos de adultos cuando se inician dentro de las 72 horas y son relativamente seguros cuando se toman durante un período corto, la mayoría de los proveedores recomendarán el tratamiento.
Medicamentos antivirales
En pacientes con parálisis de Bell grave (por ejemplo, parálisis total de los músculos de un lado de la cara), también se pueden recetar medicamentos antivirales. Esto se debe a que existe una posible relación entre
el virus del herpes simple y la parálisis de Bell. Sin embargo, no está claro si este tratamiento aumenta la posibilidad de una recuperación completa de la parálisis de Bell.
Otros tratamientos
Existen otras terapias de apoyo para la parálisis de Bells para ayudar a controlar los síntomas. Estas pueden incluir:
¿Cuánto tiempo lleva recuperarse de la parálisis de Bell?
Casi todos los niños con parálisis de Bell se recuperan por completo, incluso sin tratamiento.
Por lo general, los síntomas desaparecen en unas pocas semanas o meses, especialmente si la debilidad fue leve. En general, la debilidad facial de la parálisis de Bell no debe empeorar después de 3 semanas y debe mostrar signos de mejora a los 6 meses. Alrededor del 85 % de los niños con parálisis de Bell tendrán una recuperación completa a los 6 meses y más del 90 % a los 12 meses.
Si bien es poco frecuente, algunos niños pueden tener debilidad facial grave que no se recupera por completo. En estos casos, se pueden recomendar pruebas adicionales. Estas pueden incluir una resonancia magnética del cerebro y pruebas eléctricas de los nervios y músculos, llamadas
electromiografía (EMG) y estudios de conducción nerviosa. Si todavía hay debilidad significativa, existen tratamientos quirúrgicos para mejorar los síntomas.
Apoyo emocional para niños con parálisis de Bell
Los niños con parálisis de Bell pueden necesitar apoyo emocional adicional. Debido a que la debilidad facial puede hacer que sonreír, comer y hablar sea más difícil, los niños y adolescentes a veces se sienten cohibidos y aislados. Algunos pueden sufrir
acoso. No dude en hablar con el pediatra y la escuela para obtener recursos de apoyo de salud mental si es necesario.
Más información
Acerca de la Dra. Klotz
Jenna Klotz, MD, MS, FAAP, es neuróloga pediátrica y especialista neuromuscular en Stanford Children's Health/Lucile Packard Children's Hospital y profesora asistente clínica de neurología en Stanford University School of Medicine. Es miembro de American Academy of Pediatrics (AAP) California Chapter 1 y del subcomité de publicaciones y asuntos externos de la Sección de Neurología de la AAP.
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