Los quistes del riñón son sacos llenos de líquidos que se forman en los riñones y son por lo general de una pulgada (2,54 cm) de diámetro. El quiste simple del riñón es diferente de los quistes que se desarrollan cuando una persona tiene la enfermedad renal poliquística ERP, que es una enfermedad genética.
Quistes renales simples
Los quistes simples del riñón se detectan a menudo durante una
prueba de imagen médica (tales como el ultrasonido, TC, IRM) que se realizan para detectar otras afecciones, ya que los quistes casi nunca producen dolor ni otros síntomas. No es claro qué produce los quistes simples del riñón, aunque el riesgo de tener uno aumenta con la edad. Los quistes simples del riñón en los niños no son comunes.
Quistes renales complejos
Mientras que los quistes por lo general son sólo un saco simple de líquido, estos pueden tener varios compartimientos. Estos quistes se llaman complejos, o quistes con septos. Septos son paredes dentro del quiste. Tener muchos quistes con septos sugiere un riesgo bajo pero posible de
cáncer. Si el quiste es complejo,
su médico puede repetir la prueba de imagen algunos meses después para estar seguro de que no está creciendo o volviéndose canceroso.
Displasia renal multiquística
El riñón displásico multiquístico DRMQ es una afección que ocurre cuando un riñón no se forma correctamente en la matriz. El resultado es un riñón que no funciona lleno de quistes y tejido cicatricial. Por fortuna, el otro riñón generalmente asume el control de toda la función renal. No obstante, en los bebés con DRMQ, el otro riñón puede tener una anormalidad. Su médico puede solicitar más pruebas para evaluar este riñón.
- Incidencia: La DRMQ afecta a 1 de cada 4.000 bebés.
- Diagnóstico: El 70% de los casos de DRMQ son diagnosticados por ultrasonido antes de que nazca el bebé.
- Prevención: No hay manera de evitar que ocurra la DRMQ en el desarrollo temprano de un bebé, y no se conoce la forma de prevenir que suceda más adelante en vida.
- Perspectiva: Un bebé con DRMQ y sin ningún otro defecto de nacimiento tiene una esperanza de vida normal. Para un niño con solo un riñón en funcionamiento, ese riñón puede ser un poco más grande de lo normal. El niño necesitará seguimiento continuo por el resto de la vida para cerciorarse de que el otro riñón se mantiene sano.
Enfermedad renal poliquística
Los quistes del riñón también pueden ocurrir por una mutación genética. La forma más común es la ERP, en la que los quistes pueden substituir al riñón con el tiempo y provocar insuficiencia renal. Existen dos formas de la enfermedad: la autosómica dominante, PQRAD y la autosómica recesiva, PQRAR.
Poliquistosis renal autosómica dominante
Los quistes grandes del riñón se asocian con la PQRAD. Comienzan a menudo a aparecer en la infancia, aunque la mayoría de los niños y los adolescentes afectados no tienen ningún síntoma hasta que son adultos.
- Incidencia: La PQRAD afecta a 1 en 500. No se salta una generación. Existen generalmente antecedentes familiares de la PQRAD. Un padre con PQRAD tiene una probabilidad del 50% de pasar la enfermedad a cada uno de sus niños.
- Síntomas: La primera señal es a menudo la presión arterial alta, sangre en la orina, o una sensación de la pesadez o dolor en la espalda, los costados o el abdomen. A veces, la primera señal es una infección de las vías urinarias (IVU) o cálculos del riñón.
- Diagnóstico: Los niños con antecedentes familiares de PRAD deben hacerse análisis periódicos de la orina y tomarse la presión arterial para poder identificar las manifestaciones tempranas de la enfermedad. No se recomienda que los niños y los adolescentes sin ningún problema de salud se les hagan pruebas de imagen del riñón independientemente de si alguno de sus padres tiene PQRAD. Una de las razones es que puede tener un efecto adverso en los criterios que se consideran para obtener seguro médico, aunque todavía no se presenten síntomas. La prueba genética rutinaria para niños y adolescentes potencialmente afectados tampoco se recomienda. Nota: Estas recomendaciones podrían cambiar con avances en el tratamiento de la PQRAD.
- Perspectiva: No existe en la actualidad una terapia aceptada para evitar la formación o el agrandamiento de los quistes.
Poliquistosis renal autosómica recesiva
Los riñones agrandados con quistes minúsculos se asocian con el PQRAR. A veces, los riñones son tan grandes y función tan precariamente que los bebés nacen con problemas respiratorios severos y no sobreviven.
- Incidencia: La PQRAR es poco común relativamente y afecta a 1 en 20.000.
- Diagnóstico La mayoría de los casos de PQRAR son diagnosticados por ultrasonido antes de que nazca el bebé.
- Perspectiva: La mayoría de los niños con PQRAR sufren de tensión arterial alta e insuficiencia renal progresiva. Estos niños requerirán de diálisis del riñón y de recibir un trasplante de riñón en la última etapa de la infancia para poder sobrevivir. Varios de estos niños también desarrollarán enfermedades hepáticas que conllevan a hemorragias del esófago y en última instancia a insuficiencia hepática (del hígado).
La actividad física y los niños con enfermedad quística del riñón.
Los quistes muy grandes se pueden romper con un trauma menor y ocasionar sangre en la orina y hemorragia severa ocasionalmente. El médico de su niño le ayudará a decidir si debe restringir la actividad física. Es posible que los niños con riñones agrandados o con quistes grandes tengan más episodios de hemorragias en la orina si practican los deportes de contacto, tales como el fútbol americano.
Panorama para los niños con quistes del riñón
El número de quistes que un niño tenga afectan sus señales y síntomas. En la mayoría de los niños, los quistes del riñón crecen muy lentamente, si es que crecen, y no causan ningún problema. Por lo tanto, no se necesita tratamiento.
Si un quiste llega a ser muy grande, puede causar dolor en el costado o el estómago o interferir con la función del riñón. Sin embargo, cirugía de quistes renales no es muy común. Generalmente, un quiste se extrae o se seca si está infectado y si no responde bien a los antibióticos o si está causando un dolor intenso. El nefrólogo pediátrico y el urólogo pediátrico deciden si se debe extraer o no el quiste del riñón.
Nota: La cirugía puede extraer solamente un número limitado de quistes en los niños con la enfermedad quística del riñón Después de la cirugía, los quistes más pequeños pueden seguir creciendo. Lo que quiere decir que la cirugía no es el tratamiento definitivo y es necesario prestar atención a largo plazo.
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