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Problemas de salud

Estridor y laringomalacia: ¿la respiración ruidosa y ronca de mi bebé es grave?

Por: John E. McClay, MD, FAAP

Posiblemente se pregunte por qué la respiración de su bebé a veces es ruidosa. Podría tratarse de estridor, un término utilizado para los sonidos respiratorios fuertes y anormales. Las causas del estridor son numerosas y variadas: entre ellas se encuentran las infecciones de las vías respiratorias altas. Sin embargo, cuando los recién nacidos y los bebés presentan estridor, una de las causas más comunes es una afección denominada laringomalacia. Afortunadamente, tanto el estridor como la laringomalacia no suelen ser graves.

¿Qué es el estridor?

El estridor es un tipo de respiración ruidosa. Es más frecuente en bebés porque sus vías respiratorias son más estrechas. Se suele describir como un chillido agudo o repetitivo. Puede ocurrir ocasionalmente o cuando el bebé está descansando. Cuando un bebé presenta estridor, es un signo de que las vías respiratorias altas están parcialmente bloqueadas.

Son muchas las causas del estridor en los niños, incluidas las siguientes:

  • Laringomalacia

  • Estrechamiento de las vías respiratorias (estenosis subglótica)

  • Inhalación de un objeto extraño

  • Infecciones como crup o epiglotitis

  • Masas o lesiones en las cuerdas vocales

  • Debilidad o parálisis de las cuerdas vocales

En los bebés, la causa más común del estridor es una afección denominada laringomalacia.

¿Qué es la laringomalacia?

La laringomalacia es una afección común en los recién nacidos. Ocurre cuando los tejidos de la laringe (glotis) caen a las vías respiratorias cuando su bebé inhala, lo que provoca la respiración ruidosa (estridor). La laringe está hecha de cartílago. En los recién nacidos, el cartílago suele ser suave, inmaduro y flácido.

La buena noticia es que, para la mayoría de los bebés, esta afección no es grave y desaparece con el tiempo. En algunos casos, los bebés necesitan cirugía para tratar los síntomas.

¿Cómo sé si mi bebé tiene laringomalacia?

La mayoría de los bebés que tienen laringomalacia comienzan a demostrar síntomas a los pocos días o semanas de nacer. Estos síntomas pueden incluir:

  • Respiración ruidosa

  • Dificultad para alimentarse o sonidos de jadeo/ahogo cuando se alimenta

  • Mucha regurgitación y molestias después de alimentarse.

  • Retracciones (cuando se hunde la piel del cuello de su bebé o entre sus costillas con cada respiración)

  • Pausas en la respiración mientras duerme

Si su bebé presenta alguno de estos síntomas, debe someterse a una revisión para detectar la laringomalacia.

¿Cómo se diagnostica la laringomalacia?

Por lo general, un especialista pediátrico en oído, nariz y garganta (ENT, por sus siglas en inglés) hace el diagnóstico de laringomalacia.

Primero, el ENT obtendrá un historial completo de los tipos de síntomas que tiene su bebé. Luego, el médico examinará a su bebé con un procedimiento denominado laringoscopía flexible. Este procedimiento se realiza en el consultorio y utiliza un endoscopio pequeño que se introduce en la nariz de su bebé. Con el laringoscopio, el médico puede ver las cuerdas vocales y la laringe de su bebé.

¿Cómo se trata la laringomalacia?

La mayoría de los bebés con laringomalacia no necesitan tratamiento. A medida que su bebé crezca, el cartílago de la laringe se fortalecerá. Los síntomas suelen desaparecer para cuando el niño tenga un año. Sin embargo, se puede terminar de resolver cuando su hijo tenga entre 18 meses y 2 años. Sin embargo, es importante asegurarse de que su hijo crezca y se desarrolle con normalidad.

Los bebés con laringomalacia también suelen tener reflujo gastroesofágico (RGE). El RGE es una afección en la que el ácido estomacal y la comida regresan al esófago, el tubo que conecta el estómago con la boca. El RGE no suele ser grave para los bebés, pero puede empeorar los síntomas de la laringomalacia. Es posible que su bebé necesite medicamentos para el RGE, lo que puede mejorar los síntomas del reflujo y ayudarle con la respiración.

Cuando es necesaria una cirugía para la laringomalacia

Si su bebé tiene problemas respiratorios graves, problemas de alimentación o no aumenta de peso como debería, es posible que necesite cirugía.

El procedimiento quirúrgico para tratar la laringomalacia se denomina supraglotoplastía. Se realiza microscópicamente a través de la boca de su bebé. Se utilizan instrumentos pequeños para extirpar el tejido de la laringe que causa los problemas respiratorios.

El procedimiento suele tardar menos de una hora. Es probable que su bebé deba pasar la noche en el hospital después de la cirugía, pero podrá volver a su hogar al día siguiente. En la mayoría de los casos, los síntomas de su bebé mejorarán rápidamente después del procedimiento.

Recuerde

No dude en hablar con el pediatra si tiene inquietudes sobre la salud de su hijo.

Más información:

Acerca del Dr. McClay

John E. McClay, MD, FAAP, es otorrinolaringólogo pediátrico especializado (cirujano de oídos, nariz y garganta) y atiende a niños desde hace más de dos décadas. El Dr. McClay escribió más de 30 artículos profesionales en revistas médicas revisadas por colegas que describen sus estudios de investigación. Durante 17 años, fue profesor académico del Departamento de Otorrinolaringología/Cirugía de Cabeza y Cuello en la Facultad de Medicina Southwestern de la University of Texas, Dallas, donde tuvo una cátedra académica en su honor. Ahora, se dedica a la práctica privada desde hace más de 6 años. D Magazine lo nombró como uno de los mejores especialistas pediátricos cada año desde sus inicios en 2003; a su vez, Texas Monthly lo nombró como uno de los mejores especialistas pediátricos en el estado de Texas durante los últimos 13 años consecutivos. Dentro de la American Academy of Pediatrics, es presidente del Comité de Educación en el Comité Ejecutivo de Otorrinolaringología.

Última actualización
11/14/2022
Fuente
American Academy of Pediatrics Section on Otolaryngology (Copyright © 2022)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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