Aunque la diabetes es incurable en la actualidad, los niveles de azúcar en sangre se pueden controlar a través de vigilancia diligente, ejercicio y equilibrio entre la dieta y los medicamentos. A raíz de un diagnóstico, los padres deben inculcar a su hijo que la adhesión al programa de cuatro líneas de acción le ayudará a dejar de lado no sólo los efectos agudos adversos como azúcar elevada en sangre (hiperglucemia) y cetoacidosis sino graves consecuencias a largo plazo. La cetoacidosis puede ocurrir cuando no hay suficiente insulina para manejar la glucosa existente, las grasas y las proteínas se utilizan y hay un aumento en los metabolitos de ácidos grasos, llamados cetonas, que se puede detectar en la sangre y en la orina. La cetoacidosis es una condición potencialmente mortal que se debe corregir de inmediato.
La diabetes es la sexta enfermedad más mortal en los Estados Unidos. Años de azúcar elevada en sangre dañan los vasos sanguíneos y en el futuro, pueden volverse en contra de los pacientes en la forma de enfermedad cardiovascular, insuficiencia renal, problemas de la vista(retinopatía diabética, la principal causa de ceguera adquirida en este país), falta de sensación (neuropatía diabética) y flujo sanguíneo deficiente en las extremidades inferiores.
Por el contrario, los diabéticos que mantienen sus niveles de glucosa dentro de un rango normal tanto como sea posible reducen significativamente sus probabilidades de desarrollar complicaciones potencialmente mortales. En un estudio financiado por el gobierno llamado Estudio de control y complicaciones de la diabetes (Diabetes Control and Complications Trial, T), los pacientes con el tipo 1 de la enfermedad recibieron ya sea un tratamiento estándar o un cuidado más agresivo. Al cabo de nueve años, el último grupo tuvo un riesgo 62 por ciento menor de enfermedad de los ojos que los tratados con menos agresividad, su progresión de la insuficiencia renal y daño de los nervios fue de aproximadamente 60 por ciento más bajo también. Unos años después, un estudio británico de la diabetes tipo 2 produjo resultados similares.
Terapia hormonal
Todos los adolescentes con el tipo 1 deben de aprender a administrarse inyeccionessubcutáneas (en el tejido graso bajo la piel) de insulina dos, tres o más veces al día. Por otro lado, los pacientes con el tipo 2, controlan la enfermedad a través de dieta y ejercicio y posiblemente con medicamentos orales que se describen a continuación. Aunque anteriormente se le conocía como “diabetes no dependiente de insulina,” la diabetes tipo 2 puede eventualmente necesitar insulina ya que las píldoras que se usan para controlar el azúcar en sangre pueden perder su efectividad en aproximadamente un tercio de todos los pacientes.
La administración de insulina se debe coordinar con la alimentación, de modo que la hormona llegue a la circulación casi al mismo tiempo que la glucosa de los }alimentos hace su llegada. Esta tarea se ha simplificado un poco por la introducción de diferentes tipos de insulina que se han programado para comenzar a trabajar, alcanzar su efecto máximo, y luego disminuir en diversos momentos. La terapia estándar requiere dos inyecciones al día. En el enfoque más agresivo, los pacientes se autoadministran tres o cuatro dosis de varias insulinas.
La mayoría de los insulinodependientes jóvenes pronto se convierten en bastante competentes para inyectar. Sin embargo, muchos están ahora cambiando a una bomba externa de insulina, que administra una dosis continua de la hormona a la misma velocidad que un páncreas saludable. El dispositivo programable, aproximadamente del tamaño de un buscapersonas, se puede deslizar en un bolsillo. Un tubo de catéter delgado libera la insulina en el tejido por debajo de la superficie de la piel.
Terapia de medicamentos
El régimen de medicamentos actual para la diabetes tipo 2 combina el agente biguanida metformina con unasulfonilurea (chloropropramide, glimepirida, gliburida, glipizida, tolbutamida, tolazamida). Las biguanidas evitan que el hígado produzca glucosa, mientras que las sulfonilureas trabajan para prevalecer en el páncreas y secretar más insulina. Un tercer tipo, los inhibidores de glucosidasa (acarbosa), inhiben una enzima clave que reduce la absorción de carbohidratos en los intestinos. Los efectos secundarios como la flatulencia y la distensión hacen que esta droga sea menos popular entre los adolescentes.
Medidas de dieta
Virtualmente todos los endocrinólogos tienen un dietista dentro de su personal para asesorar a los pacientes adolescentes y a sus padres con el fin de que hagan los cambios necesarios en la dieta. Las recomendaciones actuales son para que la ingesta de alimentos sea para estar en o por debajo del 30 por ciento de grasa, de 50 a 60 por ciento de carbohidratos y el resto de proteína. Los adolescentes deben verificar esto con el médico y el dietista para trabajar en un plan específico de alimentos que sea adecuado para ellos.
Control de la glucosa en sangre
Esta simple prueba de sangre, realizada varias veces al día, mide la concentración de azúcar en la circulación. En base a los resultados, que se registran en un cuadro, la dosis del medicamento o la dieta se pueden ajustar para ayudar a los pacientes a mantener el control de su nivel de azúcar en sangre. A muchos jóvenes con diabetes se les enseña a "contar carbohidratos" a la hora de la comida y del refrigerio para que se puedan volver expertos a la hora equilibrar el contenido de carbohidratos en los alimentos que comen y la cantidad de insulina que deben tomar.
El control de la diabetes puede ser similar a pilotar un barco entre dos icebergs. Si se desvía de su curso en una dirección, el azúcar en sangre aumenta a niveles alarmantemente altos. Si se desvía demasiado lejos en la otra dirección, está confrontando una situación igualmente peligrosa: deficiencia de azúcar en sangre o hipoglucemia, que es la complicación aguda más común entre las personas jóvenes con diabetes. Incluso los pacientes más conscientes rebasan o alcanzan sus marcas de vez en cuando, debido a sus propios errores de cálculo de cuánta insulina deben tomar o los factores de complicación como la enfermedad física, el ejercicio o el estrés emocional.
Irónicamente, tanto la insulina como los medicamentos orales para la diabetes pueden funcionar demasiado bien y provocar hipoglucemia, que se define como un nivel de azúcar en sangre por debajo de 40 a 50 mg/ml. Estas reacciones a la insulina pueden ser graves, por lo que la decisión de un endocrinólogo de establecer un rango objetivo de azúcar en sangre para un adolescente, por lo general se basa en los márgenes de error en ambos extremos.
Cuando los síntomas señalan un nivel de azúcar en sangre alto (en una persona con diabetes)
Si el adolescente se siente enfermo, comuníquese con el pediatra o endocrinólogo de inmediato para recibir instrucciones. De otra manera, el primer paso es hacer la prueba de nivel de glucosa en sangre.
Si la concentración de azúcar en la sangre es más alta de lo normal pero por debajo de 240 mg/ml:
- Tome al menos ocho vasos de agua al día.
- Coma de acuerdo al programa de tratamiento prescrito.
- Continúe verificando la glucosa en sangre cuatro veces al día hasta que vuelva a un nivel seguro.
- Tome insulina de acción corta adicional.
Si el azúcar en sangre regularmente excede 239 mg/ml, el adolescente está en riesgo de cetoacidosis y debe:
- hacer un examen de orina para detectar exceso de cetonas (cetonuria). Las tiras de prueba están disponibles sin receta en la mayoría de farmacias.
- Si la prueba de orina da resultado negativo para las cetonas o contiene solo una traza:
- Repita las pruebas de sangre y de orina.
- Tome al menos ocho vasos de agua al día hasta que la orina esté libre de cetonas.
Si las pruebas de orina da resultado positivo para cetonas:
- Llame al pediatra o endocrinólogo de inmediato.
- Continúe tomando bastante agua.
- No haga ejercicio. En este estado, la actividad física puede subir la glucosa en sangre aún más.
Cuando los síntomas señalan un nivel de azúcar en sangre bajo (en una persona con diabetes)
La hipoglucemia, aunque por lo general es leve, se presenta repentinamente. Al igual que con la hiperglucemia, la prueba de sangre se debe hacer de inmediato, ya que los síntomas del nivel bajo de azúcar en sangre son similares a los de otras condiciones médicas. Informe al médico sobre los episodios repetidos, ya que puede ser necesario ajustar la dosis de insulina o del medicamento oral para la diabetes.
Si el azúcar en sangre está por debajo de 60 mg/ml, indicando hipoglucemia y el adolescente está alerta, él debe:
- Comer o beber uno de estos almidones de digestión rápida tales como:
- tabletas de glucosa
- jugo de naranja
- refresco no de dieta
- mermelada de uva, miel o azúcar
- Si los síntomas no mejoran después de quince minutos, llame a su pediatra o endocrinólogo para recibir instrucciones. Continúe alimentando al adolescente con dulces cada quince minutos hasta que el azúcar en sangre vuelva a subir por lo menos a 70 mg/ml.
- Una vez que él está fuera de peligro y se siente mejor, dele algo más sustancial para comer, como pan o galletas de soda con mantequilla de maní o queso o un plato de cereal con leche.
Si el azúcar en sangre está por debajo de 60 mg/ml y el adolescente está convulsionando o demasiado adormecido para tragar con seguridad o inconsciente:
- Un miembro de la familia o amigo le debe inyectar la hormona glucagon.
- Informe de inmediato al pediatra o endocrinólogo.