Cada otoño, Luke (de 5 años de edad) tiene secreción nasal, picazón e hinchazón en los ojos y ataques de estornudos. La madre de Luke comparte el problema y lo descarta como
fiebre del heno leve y algo con lo que su hijo tendrá que aprender a vivir. Sin embargo, últimamente, Luke también sufre ataques de
sibilancias y dificultad para respirar cuando visita a sus abuelos y juega con sus gatos. El pediatra de Luke sospecha que padece de asma alérgico, por lo que recomienda realizar algunas pruebas.
Los síntomas de Luke no son para nada inusuales entre los niños de los Estados Unidos. Las alergias y el asma suelen comenzar en la niñez y continuar a lo largo de la vida. Si bien no tienen cura, por lo general, se pueden mantener bajo control con los cuidados adecuados.
¿Qué causa las alergias?
Las alergias son causadas por la reacción del cuerpo a sustancias llamadas "alérgenos". Las alergias provocan que el sistema inmunitario reaccione a sustancias inofensivas como si estuvieran atacando al cuerpo.
Algunas alergias son fáciles de identificar en función del patrón de síntomas que sigue a la exposición a una sustancia en particular. Sin embargo, otras alergias son más sutiles, por lo que podrían confundirse con otras afecciones. A continuación, se enumeran algunos indicios frecuentes que podrían hacerlo sospechar que su hijo padece una alergia.
¿Cuándo hay que sospechar que existe una alergia?
Síntomas repetidos o crónicos de resfrío que duran más de una o dos semanas, o que aparecen más o menos en la misma época cada año.
Los síntomas de la alergia podrían incluir los siguientes:
Secreción nasal
Congestión nasal
Estornudos
Carraspeo
Necesidad de frotarse la nariz
Lagrimeo
Bufidos o sonidos de ronquera
Estornudos
Picazón y secreción en los ojos
Sensación de picazón u hormigueo en la boca y la garganta. La picazón no suele ser una queja asociada con un resfrío, pero es la característica distintiva de un problema de alergia. Tos, sibilancias, dificultad para respirar y otros síntomas respiratorios. Los sarpullidos recurrentes rojos, pruriginosos, secos y, a veces, escamosos en los pliegues de la piel, las muñecas y los tobillos también podrían indicar una alergia.
¿Qué es el eccema?
En lo que se refiere a los sarpullidos, la enfermedad inflamatoria crónica de la piel más frecuente en los niños es el eccema, también llamado "dermatitis atópica". Aunque no es estrictamente un trastorno alérgico, el eccema en los niños pequeños tiene muchas de las características de las alergias y suele ser un signo de que podría desarrollar fiebre del heno y asma. La incidencia del eccema, al igual que la del asma, está aumentando en todo el mundo. Cuando el asma es poco frecuente, la incidencia del eccema también es baja.
¿Cuál es la diferencia entre la alergia y el asma?
Aunque las alergias y el asma suelen presentarse a la vez, en realidad son dos afecciones médicas diferentes. A continuación, se enumeran tres hechos importantes:
El asma es una afección crónica que comienza en los pulmones.
Las alergias son reacciones que comienzan en el sistema inmunitario.
No todas las personas con alergias tienen asma, pero la mayoría de las personas con asma tienen alergias.
¿Qué es un ataque de asma?
Las vías respiratorias de un niño asmático típico están inflamadas o hinchadas. Esto los hace hipersensibles. Cuando entran en contacto con un "desencadenante" del asma, es decir, algo que provoca un ataque de asma, las vías respiratorias (llamadas bronquios) reaccionan de forma exagerada y se contraen (se estrechan).
Existen muchas sustancias y situaciones que pueden "desencadenar" un ataque de asma, como por ejemplo:
Ejercicio
Aire frío
Virus
Contaminación del aire
Ciertos gases
Otros alérgenos
De hecho, alrededor del 80% de los niños con asma también tienen alergias y, para ellos, los alérgenos suelen ser los desencadenantes más frecuentes del asma.
Alérgenos frecuentes en el hogar y la escuela
En otoño, muchos alérgenos de interior ocasionan problemas a los niños porque están más tiempo dentro de casa y en la escuela.
Los alérgenos de interior incluyen los siguientes:
Polvo: contiene ácaros y partículas muy finas de otros alérgenos, tales como polen, moho y caspa de animales.
Hongos: incluidos los mohos que son demasiado pequeños para verse a simple vista.
Animales con pelaje: gatos, perros, conejillos de indias, jerbos, conejos y otras mascotas.
Ropa y juguetes: artículos confeccionados, recortados o rellenos de pelo de animales.
Látex: artículos domésticos y escolares, tales como guantes de goma, juguetes, globos; elástico en los calcetines, la ropa interior y otras prendas; partículas suspendidas en el aire.
Enzimas bacterianas: se utilizan para fabricar lejías enzimáticas y productos de limpieza.
Ciertos alimentos.
Cómo controlar los síntomas de la alergia
Es útil usar acondicionadores de aire (cuando sea posible) para reducir la exposición al polen, en casa y en el automóvil.
Los mohos están presentes en la primavera y al final del verano, sobre todo alrededor de las zonas de vegetación en descomposición. Los niños con alergias al moho deben evitar jugar sobre montones de hojarasca en el otoño.
Los ácaros del polvo se acumulan en lugares donde abunda el alimento para ellos (tales como escamas de piel humana). Esto significa que se los encuentra con mayor frecuencia en los muebles tapizados, la ropa de cama y las alfombras.
Los muebles acolchados (como por ejemplo, colchones, somieres, almohadas y cojines) deben cubrirse con fundas con cremallera a prueba de alérgenos, que se pueden adquirir por catálogo o en tiendas especializadas.
Lave las sábanas todas las semanas y el resto de la ropa de cama (como por ejemplo, las mantas) cada 2 o 3 semanas en agua caliente para eliminar los ácaros del polvo.
Se deben reemplazar las almohadas cada 2 o 3 años.
Cómo trabajar con el pediatra de su hijo
El tratamiento de la alergia o el asma de su hijo debe comenzar con su pediatra. Si fuera necesario, el pediatra podría derivar a su hijo a un especialista en alergias pediátricas para realizar evaluaciones y tratamientos adicionales, dependiendo de la gravedad de los síntomas de su hijo. Existen muchos antihistamínicos, descongestivos y aerosoles nasales de venta libre. Sin embargo, es muy importante que consulte a un pediatra a lo largo de los años para asegurarse de que la alergia y el asma de su hijo se diagnostiquen correctamente y se traten los síntomas de forma adecuada.