Polen y moho del exterior
Al igual que con otros tipos de alergias, la manera ideal de controlar la fiebre del heno es descubrir a qué es alérgico su hijo para poder evitarlo. Parece simple, pero es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Para empezar, muchos niños son alérgicos al polen y al moho y ambos se encuentran por todas partes en el exterior y no se pueden evitar por completo. Los niños necesitan salir a jugar, por lo tanto no se puede evitar la exposición al polen cuando están al aire libre.
Lo que los padres pueden hacer
La exposición al polen y al moho del exterior que entra a la casa se puede disminuir cuando se cierran las ventanas y se usa el aire acondicionado, cuando baña y cambia de ropa al niño tan pronto como entre a casa al final del día, y se asegura de que la ropa de cama se seque en una secadora, no al aire libre en el tendedero.
Ácaros del polvo y moho
Además de los alérgenos del exterior, un niño puede ser alérgico a elementos que se encuentran en los interiores habitualmente como los ácaros del polvo y el moho del interior. Estos alérgenos comunes se pueden mantener a bajos niveles cuando se hacen ciertos cambios. No obstante, es casi imposible eliminarlos por completo, no importa qué tan bien limpie su hogar. Su hijo también entraré en contacto con alérgenos del interior e irritantes cuando se aventure lejos de casa y a otros entornos, como la escuela y las casas de los amigos.
El polvo tiene la fama de ocasionar estornudos e irritación mucho tiempo antes de que las alergias se les llamara alergias. No sólo irrita la nariz, la garganta y los ojos, sino que también puede contener materiales alergénicos. La causa principal de los síntomas alérgicos va más allá del polvo en sí. Se ha encontrado en los
ácaros del polvo, diminutas criaturas que construyen sus hogares entre las pequeñas cantidades de polvo y no
hay manera de escapar de los ácaros del polvo. Viven donde quieran que viven los humanos, y hacen limpieza después de nosotros. Pueden vivir en cualquier desecho orgánico, pero su dieta preferida es medio gramo aproximadamente de células de piel desgastadas que cada humano suelta a diario. También crecen en diminutos hongos, como los ácaros, demasiado pequeños para poder observarlos a simple vista, que se reproducen en donde la humedad relativa es bastante alta, al 70 % o más. Las esporas de estos hongos son la causa principal de los síntomas alérgicos en los humanos.
Los ácaros del polvo se congregan en donde los alimentos son abundantes. Son especialmente numerosos en las camas, almohadas, muebles tapizados y alfombras. Aunque aspirar y desempolvar pueden ayudar a disminuir los niveles de polvo dentro del hogar, estas medidas no funcionan muy bien contra los ácaros del polvo. Tan grotesco como suena, su hijo es en realidad alérgico a una proteína que se encuentra en el excremento de los ácaros del polvo. Así que las medidas se toman para matar ácaros del polvo y para confinarlos para evitar el excremento de los ácaros. Los muebles acolchados como colchones, somier de resortes, almohadas y cojines se deben revestir con cobertores anti alergénicos con cierre/cremallera, que están disponibles a través de catálogos y minoristas especializados. Los cobertores de telas sintéticas no tejidas son más cómodos que los cobertores plásticos y funcionan igual. Las partículas microscópicas del excremento de los ácaros del polvo son muy grandes para atravesar los cobertores anti alergénicos.
Lo que los padres pueden hacer
Elija frazadas y almohadas de materiales sintéticos. Debido a que los ácaros del polvo pueden sobrevivir en agua tibia con jabón, lave la ropa de cama cada semana y otra ropa de cama como frazadas, cada 2 a 3 semanas en agua caliente, después colóquelas en el ciclo más caliente de una secadora de ropa. Las almohadas se deben reemplazar cada 2 o 3 años.
Los ácaros del polvo también abundan en los juguetes de peluche. En lo posible, reemplace los juguetes de felpa suave con otros que
tengan cuerpos de plástico blando y ropa lavable. Si su hijo tiene un juguete blando favorito del cual no se puede separar, lávelo cada dos días aproximadamente en agua caliente y séquelo a la temperatura más alta. O selle los juguetes blandos en bolsas plásticas y colóquelos en el congelador durante al menos 5 horas o durante la noche una vez a la semana. Los ácaros del polvo no pueden sobrevivir más de 5 horas a temperaturas bajo cero; después puede lavar los juguetes con agua caliente y colocarlos en la secadora para eliminar los ácaros del polvo. Estas medidas no necesariamente eliminarán todos los excrementos alergénicos de los ácaros del polvo, ¡pero ayudan!
Mantenga las telas voluminosas (gruesas) y el desorden que acumula polvo fuera de la habitación de su hijo. Retire las alfombras de pared a pared, si es posible. Los pisos deben ser de madera, losa o vinil, cualquier cosa menos
alfombra. Los trapeadores húmedos y los trapeadores de piso electrostáticos son útiles para limpiar. Si por comodidad prefiere alfombras, utilice alfombras pequeñas sintéticas o de algodón que se puedan lavar cada semana con agua caliente. Las cortinas se deben lavar con facilidad.
Cuando se trata de las paredes, el objetivo es eliminar las superficies horizontales que atrapan polvo. No deben haber marcos de fotografías ni repisas exhibiendo libros u ornamentos y todas las superficies, en los tocadores, mesitas de noche y otros muebles, deben ser fáciles de limpiar.
Evite los humidificadores y vaporizadores. Los ácaros del polvo necesitan humedad para vivir y la humidificación sólo ayuda a que la población de ácaros crezca aún más. Por la misma razón, utilizar un deshumidificador en ciertas zonas geográficas húmedas puede ser beneficioso ayudando a mantener la humedad debajo del rango apropiado para los ácaros y el moho. Sin embargo, si utiliza un deshumidificador, es esencial no solo vaciar el recipiente de agua sino también escurrirlo todos los días para evitar el crecimiento de alérgenos transportados por el aire de alguna manera invisibles pero generalmente no son útiles para los ácaros del polvo.
No importa qué tan cuidadoso sea, no puede proteger a un niño como si fuera una planta de invernadero. Aún cuando tuviera éxito eliminando la mayoría de alérgenos ambientales en su casa, los niños aún están expuestos en la escuela y en las casas de sus compañeros. Además, es difícil evitar las especies generalmente inofensivas de irritantes no alergénicas que pueden activar los síntomas en una nariz en sí preparada y sensible debido a la exposición a los alérgenos.
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