El síndrome Reye (a menudo llamado síndrome de Reye) es una enfermedad rara pero muy grave que generalmente ocurre en niños menores a quince años de edad. Puede afectar todos los órganos del cuerpo, pero más frecuentemente daña el cerebro y el hígado.
El síndrome Reye es precedido de una infección viral, más comúnmente varicela o influenza. Aunque nadie sabe qué causa precisamente el síndrome Reye, afecta solo a una pequeña cantidad de niños y está asociado fuertemente con la aspirina o los medicamentos que contienen aspirina durante la infección viral.
Señales y síntomas
Cuando su hijo tenga una enfermedad viral, esté alerta al siguiente patrón típico del síndrome Reye: Su hijo puede desarrollar una infección viral, tal como la influenza, una enfermedad de las vías respiratorias superiores, o la varicela, y luego parece que mejorara. Sin embargo, abruptamente empieza a vomitar repetida y frecuentemente cada una o dos horas por un período de veinticuatro a treinta y seis horas, poniéndose letárgico o somnoliento, lo que luego se convierte en agitación, delirio o enojo. Luego puede estar confundido o aún no responder. Si la enfermedad progresa, hay una fuerte probabilidad de que tenga convulsiones y que quede en coma profundo.
Llame a su pediatra tan pronto como sospeche que la enfermedad de su hijo está siguiendo este patrón. Si su médico no está disponible, lleve a su hijo al departamento de emergencia más cercano. Es muy importante diagnosticar esta enfermedad tan pronto como sea posible.
Prevención
Desde que la comunidad médica emitió una advertencia pública en contra de la aspirina durante enfermedades virales, el número de casos de síndrome Reye ha disminuido enormemente. Por lo tanto, recomendamos fuertemente que no le dé aspirina o cualquier medicamento conteniendo aspirina a su hijo o a su adolescente cuando tenga una enfermedad viral, especialmente varicela o influenza. Si necesita medicamento para la fiebre suave o el malestar, dele acetaminofén o ibuprofeno. El ibuprofeno está aprobado para uso en niños de seis meses de edad o mayores; sin embargo, nunca debe ser dado a niños que están deshidratados o que están vomitando continuamente.