Todas las personas tienen rostros asimétricos. Cuando uno los mira con atención, estas diferencias se vuelven más evidentes. Sin embargo, existen algunas afecciones en los niños en las cuales las diferencias que habitualmente tienen poca importancia son mucho más significativas.
Microsomía craneofacial
Los niños que nacen con esta afección congénita tienen una mitad del rostro que no se desarrolló comparativamente igual a la otra. Esto ocurre durante el desarrollo fetal.
Las áreas comúnmente afectadas son:
Pabellón auricular (oreja): cualquier anormalidad, desde un cambio en la forma hasta la ausencia misma de la oreja.
El conducto auditivo externo: puede faltar y, como resultado, provocar una disminución de la audición.
El maxilar inferior (la mandíbula): crecimiento menor, la punta del mentón hacia el lado de menor crecimiento y mordida anormal.
El movimiento facial: un único nervio (el nervio facial) con muchas ramas controla el movimiento facial y una o más de estas ramas pueden verse afectadas.
La cavidad ocular y el ojo: pueden ser pequeños o estar ausentes. Independientemente de cuál de las dos situaciones padezca el niño al nacer, esta se mantendrá, pero no empeorará con el crecimiento.
Estos niños reciben asistencia por parte de un equipo craneofacial, que incluye un cirujano plástico pediátrico, un cirujano otorrinolaringólogo, un logopeda (terapeuta del habla), un dentista y un ortodoncista. Es posible que se requiera cirugía para ayudar al crecimiento de la mandíbula y a la reconstrucción del oído externo. No se comprende totalmente por qué ocurre esta afección, aunque es probable que se deba a factores tanto genéticos como ambientales.
Parálisis congénita del nervio facial
De cada lado del rostro, hay un nervio facial principal con muchas ramas que se extiende hasta los músculos de la expresión facial. Los niños pueden nacer con una deficiencia de este nervio, generalmente de un lado. En algunos casos, afecta a ambos nervios. Este problema es poco común.
La parálisis congénita del nervio facial generalmente se debe a un traumatismo de nacimiento o de desarrollo
Desarrollo: cuando afecta a un solo lado, habitualmente se la ve como una debilidad muscular, con dificultades para levantar la ceja, cerrar el ojo, alimentarse o sonreír del lado afectado. La forma bilateral (en ambos lados) de este problema se conoce como síndrome de Möbius. El síndrome de Möbius es una parálisis congénita del músculo de la expresión facial que, por lo general, se debe a una deficiencia del nervio facial, así como de uno de los nervios que controlan el movimiento del ojo.
Traumatismo de nacimiento: El 90 % de los casos relacionados con un traumatismo de nacimiento mejoran sin tratamiento. Si la afección no desaparece de manera espontánea, según la ubicación del daño nervioso, es posible que se realice un procedimiento quirúrgico llamado neurorrafia (unión de los extremos del nervio mediante una sutura) o que se coloque un injerto nervioso para restaurar la función normal del nervio.
Aparte de la incapacidad para comunicarse con otras personas por medio de expresiones faciales, los niños con debilidad/parálisis del nervio facial pueden tener dificultades para cerrar el ojo del lado afectado y, por lo tanto, experimentar irritación en el ojo u úlcera de la córnea. La exposición prolongada puede provocar una infección o la pérdida de la visión.
Hay dos formas de tratamiento:
- La protección del ojo: se coloca quirúrgicamente un pequeño peso en el párpado superior del lado afectado. Esto facilitará cerrar el ojo, con el objetivo de proteger la córnea y de evitar que se infecte el ojo.
- La recreación de la sonrisa: la capacidad para sonreír se puede restaurar, ya sea, mediante la transferencia de uno de los músculos que rodean el rostro hacia la comisura de la boca o mediante el implante de un músculo nuevo obtenido de otra parte del cuerpo del paciente. Con el nuevo músculo, se deben reconectar las arterias, las venas y los nervios bajo un microscopio para restaurar la función. El nervio que controla el nuevo músculo puede provenir de un músculo de la masticación del mismo lado del rostro o de una rama normal del nervio facial del otro lado del rostro del paciente.
Parálisis adquirida del nervio facial
Los niños pueden desarrollar debilidad/parálisis del nervio facial durante su vida debido a un traumatismo, a tumores o a una tercera afección llamada parálisis de Bell. Se cree que la parálisis de Bell se debe a una infección viral que afecta al nervio facial y, por lo tanto, en muchos casos provoca una parálisis facial unilateral (de un lado). Con el tiempo, el nervio puede recuperar la función. Muchos niños recuperan la función por completo, mientras que otros solamente recuperan una función parcial. En el caso de que no se recupere la función, se puede realizar un tratamiento, tal como se detalló anteriormente para los casos congénitos.
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