La inclinación de la cabeza es una afección que hace que la niña mantenga su cabeza o cuello en una posición torcida u otra posición anormal. Ella puede inclinar su cabeza hacia un hombro y, cuando se recuesta boca abajo, siempre gira el mismo lado de su cara hacia el colchón. Esto puede hacer que su cabeza se aplane sobre un lado y que su cara parezca desigual o fuera de línea. Si no se trata, la inclinación de la cabeza puede producir una deformidad o desigualdad facial permanente y un movimiento restringido de la cabeza.
La mayor parte de casos de inclinación de la cabeza se asocian con una afección llamada tortícolis, aunque en pocos casos una inclinación de la cabeza puede deberse a otras causas como por ejemplo pérdida de la audición, desviación de los ojos, reflujo (regurgitación del ácido estomacal al esófago), una infección en la garganta o ganglio linfático o con mucho menos frecuencia, un tumor cerebral.
Torticolis adquirida (debida a lesión o inflamación)
Esto es más probable que ocurra en niños mayores, hasta la edad de nueve o diez años. Este tipo de tortícolis generalmente resulta de una inflamación de la garganta producida por una infección en las vías respiratorias altas, un dolor de garganta, una lesión o algún factor desconocido. La hinchazón, por razones que aún no se conocen, hacen que los tejidos que rodean a la parte superior de la columna vertebral se aflojen, permitiendo que los huesos vertebrales salgan de su posición normal. Cuando esto sucede, los músculos del cuello presentan espasmos, haciendo que la cabeza se incline hacia un lado. El comienzo de este trastorno es generalmente súbito y muy doloroso.
Tortícolis muscular congénita
En gran medida, la causa más común de la inclinación de la cabeza en los niños menores de cinco años es la tortícolis congénita. Este trastorno comúnmente ocurre debido a la postura cuando el bebé está aún en el vientre y rara vez puede ocurrir durante el nacimiento (especialmente cuando el bebé viene de nalgas y en partos difíciles de primerizas). Cualquiera sea la causa, este trastorno generalmente se detecta en las primeras seis a ocho semanas después del nacimiento, cuando el pediatra nota tensión en uno de los músculos del cuello. Alrededor de la mitad de las veces puede haber un pequeño bulto en el músculo. El músculo afectado es el músculo esternocleidomastoideo, que conecta al esternón, la cabeza y el cuello. Más adelante el músculo se contrae y hace que la cabeza se incline a un lado y mire hacia el lado opuesto.
Tratamiento
Cada tipo de inclinación de la cabeza requiere un tratamiento diferente. Es importante buscar un tratamiento pronto, para que el problema se corrija antes de que se produzca una deformidad permanente. Su pediatra examinará el cuello de su hijo y puede ordenar radiografías del área como para identificar la causa del problema. También pueden ordenarse radiografías y ecografía de la cadera, ya que algunos niños con tortícolis muscular congénita también tienen una anormalidad conocida como displasia de la cadera en desarrollo.
Si el médico decide que el problema es tortícolis muscular congénita, usted aprenderá un programa de ejercicios para estirar los músculos del cuello. El médico le mostrará de qué manera mover suavemente la cabeza de su hijo en la dirección opuesta a la inclinación. Necesitará hacer esto varias veces al día, extendiendo muy gradualmente el movimiento a medida que el músculo se estire.
Cuando su hija duerma, es mejor colocarla sobre su espalda con la cabeza posicionada en dirección opuesta a la inclinación. Algunas veces su pediatra puede sugerir ajustes en su posición para dormir. Cuando esté despierta, ubíquela como para que las cosas que quiera mirar (ventanas, teléfonos móviles, imágenes y actividad) estén del otro lado de la lesión. De esa manera, ella estirará el músculo acortado mientras trate de mirar esos objetos. Su pediatra también puede recomendar colocarla sobre su estómago (boca abajo) mientras esté despierta y hacer girar su cara hacia el lado opuesto al lado afectado.
Estas simples estrategias curan este tipo de inclinación de la cabeza en la gran mayoría de los casos y evitan la necesidad de realizar una cirugía posterior. (Su pediatra puede derivar a su hija a un terapista físico para ayudar a trabajar esta afección.)
Si el problema no se corrige con ejercicios o cambio de posición, su pediatra lo derivará a un neurólogo u ortopedista pediátrico. En algunos casos, puede necesitarse alargar quirúrgicamenteel tendón involucrado. Si la cabeza inclinada de su hijo proviene de una causa que no es una tortícolis muscular congénita y las radiografías no muestran una anormalidad en la columna, puede necesitarse otro tratamiento que involucre descanso, cuello especial, estiramiento suave, masaje, tracción, aplicación de calor en el área, medicamentos o, rara vez, más estudios de imágenes o cirugía.
Para tratar la tortícolis debida a lesión o inflamación, su médico puede recomendar aplicar calor, como así también usar masaje y estiramiento para aliviar el dolor de cabeza y de cuello. Su pediatra puede derivarlo a un especialista para que realice un diagnóstico definitivo y un programa de tratamiento.
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