Los padrastros y las madrastras a veces sienten el deseo de levantar sus manos y rendirse debido a la frustración. Ellos pueden decir "Estoy realmente intentando llevarme bien con los hijos de mi cónyuge, pero ellos simplemente no me van a aceptar".
En la mayoría de familias mezcladas, los niños desafían a sus padrastros de vez en cuando. Algunos jóvenes pueden volverse abiertamente agresivos y otros pueden guardar una distancia emocional de su madrastra o padrastro. Si esto ocurre en su familia, no lo tome de manera personal, es la forma en que el niño le está probando y tal vez tratando con sus propios sentimientos por tener un nuevo adulto en su vida
Si su hijastro le critica, no reaccione exageradamente, esto se volverá menos común a medida que pasan los meses. En general, cuanto mayor es el niño, es más probable que sea más acusador y crítico con usted como padrastro. Mientras que le permite expresar sus sentimientos, puede sentirse consolado por el hecho de que, si usted es justo y hace un sincero esfuerzo por llevarse bien, los sentimientos negativos eventualmente serán superados por otros más positivos. Es una señal de progreso y de una relación en desarrollo cuando él se siente lo suficientemente cómodo como para expresarle sus sentimientos.
Para construir algunos puentes, encuentre intereses que comparta con sus hijastros e invítelos a unirse a usted en estas actividades. Podría celebrar reuniones regulares de la familia para discutir en conjunto algunos temas y para limar las diferencias Por sobre todo, trate a sus hijastros con respeto y finalmente ganará su confianza.
A veces la dificultad que los niños tienen dentro de las familias reconstituidas es realmente una continuación de su angustia por el divorcio de sus padres. La respuesta de los niños al divorcio de sus padres puede tomar muchas formas y esos sentimientos no se resuelven fácil o rápidamente. Estos pueden perdurar y luego desaparecer, solo para volver a surgir en tiempos de estrés, especialmente el estrés cuando las relaciones actuales como las de las familias reconstituidas, se forman y se rompen.
A la larga, si los niños no son felices en familias reconstituidas, se debe, con frecuencia, a los problemas maritales entre su padre y el padrastro o madrastra. Más de un tercio de los niños que entran en una familia reconstituida más tarde experimentan la ruptura de esa familia. Cuando los niños sienten que su madre o su padre es infeliz en el nuevo matrimonio, con frecuencia ellos son infelices también.
Si está empezando a tener dificultades con su cónyuge, busque algún tipo de asesoría para tratar de suavizar los problemas antes de que se vuelvan más graves. Además, en la mayoría de comunidades hay grupos de apoyo disponibles para ayudar a las parejas en segundas nupcias y a sus hijos a tratar con los diferentes asuntos que pueden surgir en las familias reconstituidas.