Así como cada persona tiene una opinión diferente sobre cuándo es el mejor momento para empezar el entrenamiento para ir al baño, cada padre que usted conozca usará o recomendará un método diferente de entrenamiento.
Puede ser que haya escuchado que demostrar el uso del inodoro a su hijo es una buena forma de ayudarle a que aprenda por medio de la imitación. Puede ser que un amigo le diga que todo lo que tuvo que hacer con su hijo fue leerle un libro sobre el uso del inodoro y hablarlo con él. Muchos padres recomiendan hablar con sus hijos sobre el uso del inodoro y luego preguntarles cada dos horas, “¿Necesitas ir?” Algunos sienten que recompensar al niño con estrellas doradas en un cuadro o una pequeña golosina es el método más efectivo. Además el tiempo es un factor, ya que algunos padres prefieren un enfoque corto y concentrado (incluso tal vez tomar tiempo del trabajo para dedicarse a dos semanas de “entrenamiento intensivo”), mientras que otros sienten que sus hijos tienen menos presión cuando se les permite ajustarse al inodoro gradualmente durante varios meses.
Cualquiera de estas técnicas puede funcionar bien con su hijo. Pero recuerde que no es necesario escoger un solo método; de hecho, su hijo se beneficiará con una combinación de entrenamiento verbal, físico, social y de otras formas, sin importar su edad.
Puede ser que el aceptar y ajustarse al estilo personal de su hijo haga que el entrenamiento para ir al baño sea una experiencia mucho menos estresante que lo que usted esperaba. Puede ser que también se encuentre conociendo a su hijo en una forma que no lo conocía antes; apreciando sus cualidades especiales, familiarizándose con sus intereses emergentes y respetándolo como un individuo único e interesante.