Durante este segundo año, su hijo pequeño desarrollará una imagen muy específica de su mundo social, amigos y conocidos. Él es su centro y ya que usted puede estar a corta distancia, él está más preocupado por el lugar en donde se encuentran las cosas con relación a él. Sabe que existen otras personas y tiene un vago interés en ellos, pero no tiene idea de lo que piensan o sienten. En cuanto a lo que a él concierne, todos piensan igual que él.
Como se puede imaginar, su punto de vista del mundo (técnicamente, algunos expertos lo llaman egocéntrico o egoísta) con frecuencia dificulta que juegue con otros niños en un sentido realmente social. Jugará con ellos y competirá por juguetes, pero no juega en equipo con facilidad. Disfrutará ver y estar con otros niños, especialmente si son ligeramente mayores. Puede imitarlos o tratarlos como lo hace con los muñecos, por ejemplo, tratará de cepillar su cabello, pero usualmente se sorprende y resiste cuando intentan hacer lo mismo que él. Puede ofrecerles juguetes o cosas para que coman pero puede desanimarse si ellos le responden con tomar lo que él les está ofreciendo.
Compartir es un término sin significado para un niño de esta edad. Todos los niños pequeños creen que solo él merece la atención. Desafortunadamente, la mayoría son tan autoritarios como egocéntricos y la competencia por los juguetes y la atención con frecuencia ocasiona golpes y llanto. ¿Cómo puede minimizar el combate cuando los "amigos" de su hijo están de visita? Intente proporcionar suficientes juguetes para todos y prepárese para ser un mediador.
Como lo sugerimos anteriormente, su hijo también puede empezar a mostrar posesividad con los juguetes que sabe que le pertenecen. Si otro niño toca el juguete, puede correr hacia él y arrebatárselo. Intente darle seguridad de que el otro niño "solo está viéndolo" y que "está bien que le dé un turno" para que juegue con él. Pero también reconozca que "sí, es tu juguete y no te lo quitará". Puede ayudar si selecciona un par de artículos particularmente preciados y que no estén a la disposición de los demás. Algunas veces, esto ayuda a los niños pequeños a sentir que tienen algo de control sobre su mundo y los hace menos posesivos sobre otras pertenencias.
Debido a que los niños de su edad tienen poca consciencia sobre los sentimientos de los demás, pueden ser muy físicos en sus respuestas a los niños que los rodean. Incluso cuando solo exploran o muestran afecto, pueden pincharse sus ojos o darse un empujón un poco fuerte. (Lo mismo sucede con su trato a los animales). Cuando están molestos, pueden golpear o pegar sin darse cuenta de que están lastimando a otro niño. Por esta razón, esté atento cuando su hijo mayor esté entre el grupo de los niños que juegan y aléjelo lo más pronto posible si ocurre agresividad física. Dígale, "no golpees" y oriente a todos los niños a un juego más amistoso.
Afortunadamente, su hijo pequeño también mostrará su autoconciencia en formas menos agresivas. A los dieciocho meses de edad, podrá decir su propio nombre. Aproximadamente al mismo tiempo, identificará su reflejo en el espejo y empezará a mostrar mayor interés en cuidarse a sí mismo. A medida que llega a los dos años de edad, puede cepillarse los dientes y lavarse las manos, si se le enseña a hacerlo. También ayudará a vestirse y, especialmente, desvestirse solo. Muchas veces al día, puede observarlo muy ocupado quitándose los zapatos y calcetines, aún cuando está en una tienda o en el parque.
Debido a que su hijo pequeño es un gran imitador, aprenderá destrezas sociales importantes de la forma en la que usted maneje los conflictos entres ustedes dos. Enseñe con el ejemplo la manera en que se pueden usar, al menos ocasionalmente, las palabras y escuchar a los demás para resolver los conflictos ("sé que deseas bajarte y caminar, pero debes tomarme de la mano para que yo sepa que estás seguro"). Como imitador, también participará enérgicamente en cualquier cosa que haga en la casa. Ya sea que esté leyendo el periódico, limpiando los pisos, cortando el césped o preparando la comida, él deseará "ayudar". Aunque puede tomar más tiempo para que lo haga, intente convertirlo en un juego. Si está haciendo algo con lo que no puede ayudar porque es peligroso o usted está apresurado, busque otra "tarea” que pueda hacer. Por todos los medios, no desanime estos maravillosos impulsos de ser útil. Ayudar, al igual que compartir, es una destreza social importante y mientras más rápido lo desarrolle, más placentera será la vida para todos.