Con frecuencia son confusas las medidas que se deben tomar para mantener a los conductores adolescentes a salvo. La American Academy of Pediatrics (AAP) pretende aclarar parte de esta confusión entre los adolescentes y sus padres sobre la seguridad de los adolescentes al conducir.
El mito del adolescente responsable
- Mito: Mi hijo adolescente es responsable y no conduciría de forma arriesgada, así que no corre riesgo.
- Realidad: Todos los conductores adolescentes corren mayor riesgo porque carecen de la experiencia para conducir y del criterio que sólo se logra con el tiempo y manejando.
El mito del conductor experimentado
- Mito: Mi hijo adolescente practicó mucho durante el curso de conducción y completó las 50 horas de práctica obligatoria, así que no corre riesgo.
- Realidad: El curso de conducción y la práctica de conducción son sólo el comienzo del aprendizaje para conducir; convertirse en un conductor seguro, al igual que cualquier otra destreza, lleva tiempo, práctica y experiencia.
El mito de conducir con un amigo
- Mito: Es más seguro si mi hijo adolescente viaja con un amigo en el automóvil, en caso de que suceda algo.
- Realidad: Los riesgos de accidentes son casi el doble con un pasajero y aumentan aún más con cada pasajero adicional. Incluso los amigos "responsables" en el automóvil pueden distraer a un conductor adolescente.
El mito de las leyes para obtener permiso o licencia de conducción
- Mito: Los requisitos para obtener permisos de conducir y las leyes de conducción para adolescentes, también conocido como el sistema graduado para obtener licencia de conducir (GDL, por sus siglas en inglés) son suficientes para proteger a los conductores adolescentes.
- Realidad: El programa GDL es bueno, pero es sólo lo MÍNIMO. Las restricciones eficaces impuestas por los padres que trascienden a las leyes aumentan la seguridad de los adolescentes.
El mito de conducir con los hermanos
- Mito: Los hermanos que viajan de pasajeros están más seguros que otros pasajeros jóvenes.
- Realidad: Todos los pasajeros jóvenes pueden distraer a un nuevo conductor y corren riesgo con él; los hermanos no están más seguros.
El mito de ser el dueño de un automóvil
- Mito: Al tener un automóvil, mi hijo adolescente aprenderá a ser responsable.
- Realidad: Los adolescentes con sus propios vehículos corren mayor riesgo porque conducen más y se les imponen menos restricciones.
El mito de otros padres
- Mito: Otros padres no establecen límites de conducción para sus hijos adolescentes.
- Realidad: Casi todos los padres SÍ establecen límites y los adolescentes aprecian saber qué es lo que se espera de ellos exactamente. Cuanto más firmes sean los límites, mejores serán los resultados con respecto a su seguridad.
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