Con frecuencia y sin pensarlo, los padres fortalecen la autoestima de sus hijos adolescentes todos los días, al halagarlos por un trabajo bien hecho, dándoles un beso de despedida (asumiendo que todavía lo permiten) o al disciplinarlos por romper una regla. Pero todos tenemos días en que lastimamos el ego de los niños sin darnos cuenta o simplemente no decimos algo apropiado para hacerlos sentir bien consigo mismos. Aquí encontrará unas formas fáciles para ayudarle a infundir la autoestima.
Sea generoso con los halagos
“No les decimos a nuestros hijos con frecuencia lo que hicieron bien,” indica la Dra. Adele Hofmann. Elogie a su hijo no solo por los logros sino también por los esfuerzos; incluyendo las ocasiones en las que no obtiene los resultados que desea. Además, estimulemos a los niños a que se sientan orgullosos de sí mismos. El orgullo debe surgir desde su interior, no solamente ser una respuesta a una aprobación externa.
Los adolescentes con baja autoestima pueden sentir extraño aceptar los halagos. Si eso aplica para su hijo adolescente, entonces haláguele con moderación. No le abrume con halagos porque parecerá que no es sincero. Los niños y niñas tienen un radar interno que les indica cuándo una mamá o papá están realmente tratando de hacerlos sentir bien. En todo caso, tendrá un efecto opuesto.
Critique cuando sea necesario, pero de forma constructiva
Pero nunca de manera hiriente u ofensiva.
En lugar de decir:“¿Cómo pudiste responder mal a esa pregunta en tu prueba de Química?”
Diga:“Casi tenías la respuesta. Con un poco más de estudio, estoy seguro que la próxima vez te irá mejor”.
Pida la opinión de su hijo adolescente
Los adolescentes no conocen sus límites. Inclúyalos en sus decisiones familiares diarias e implemente algunas de sus sugerencias. ¿Qué piensa sobre el nuevo sofá que están considerando para la sala? No hay nada que les guste más a los adolescentes que ser tratados como adultos y usualmente, se sienten halagados cada vez que los invita a participar en el mundo de los adultos.
Estimule a los jóvenes a que cultiven sus talentos e intereses
Todos sobresalen en algo.Todos necesitan sobresalir en algo. Permita que un hijo vaya tras su pasión, cualquiera que esta sea. Hasta los intereses que pueda considerar frívolos, pueden proporcionar oportunidades para tener éxito y una excusa segura para la aceptación de los compañeros. Generalmente, los deportes son un área para destacar entre las niñas y los niños. Pero, ¿qué sucede si el talento de su hijo es tocar el bajo en su cuarteto de música de rock pesado “Marshmallow Bulldozer”, que retumba las paredes de su sótano todos los sábados?
Apoye su pasatiempo, tomando en cuenta que la banda o cualquier otro pasatiempo, no interfiera con responsabilidades más importantes como el trabajo escolar. “Los padres no deberían decir que no a sus hijos”, dice el Dr. Robert Blum de University Hospitals en Minneapolis. “También deben decir que sí, para ayudarlos a encontrar formas positivas para construir la autoestima y explorar su propia identidad”.
Las presentaciones en los bailes de la escuela podrían ser el boleto a la pertenencia de un joven, lo cual podría permitirle evitar medidas arriesgadas para ganarse la aprobación de los amigos. También puede haber elegido algunas destrezas valiosas (el talento musical no es necesariamente una de ellas), tal como trabajar en equipo, cómo presentar ideas creativas de manera persuasiva ante un “comité”, entre otras.
Debe estar consciente de que, al igual que las emociones de los niños y niñas, el entusiasmo de los adolescentes por una actividad en particular puede ser fugaz. Hasta que su hijo demuestre un compromiso serio, querrá evitar comprar equipo costoso de primera calidad o pagar lecciones inmediatamente; ya sea equipo para hockey sobre hielo, una tutoría costosa para cálculo avanzado o una bicicleta costosa para carreras. Algunos adolescentes se sienten satisfechos al canalizar su idealismo en trabajo voluntario. Un Estudio del Departamento de Educación de EE.UU. determinó que de los ocho mil estudiantes de sexto a duodécimo grado, aproximadamente la mitad ha realizado trabajo voluntario durante el año académico. Cuando las escuelas ofrecieron u organizaron el servicio comunitario, aproximadamente nueve de diez jóvenes participaron. En algunos casos, la participación se incluyó en el pénsum de estudios y, por lo tanto, es obligatoria. Pero había muchos “adolescentes voluntarios” de las escuelas en donde el servicio comunitario era opcional.
Los niños desean sentirse valorados no solo por sus familias, sino por la comunidad en general. “Una de las formas en las que se sienten valorados es tener funciones sociales que sean importantes y útiles”, indica el Dr. Blum. “Cuando los niños realizan servicio comunitario, reciben comentarios positivos que los hace sentir bien consigo mismos”.
La Dra. Diane Sacks, una pediatra de Ontario, Canadá, lo ha visto de primera mano. Regularmente, envía a algunos de sus pacientes jóvenes a organizaciones que buscan adolescentes voluntarios. “Todo comenzó cuando un centro para discapacitados convocó a niños para que ayudaran a recoger y transportar a los pacientes”, dice. “Dos niños de mi clínica me habían dicho que necesitaban hacer servicio comunitario para créditos escolares. Los ofrecí como voluntarios, y fue maravilloso para ellos. Muchos adolescentes con baja autoestima consideran que es difícil salir y conseguir empleo, pero si los llevan a un puesto como voluntarios, en donde las expectativas pueden ser menos demandantes y la gratitud se expresa más abiertamente, ellos florecen”.
Para un adulto, el idealismo ilusorio de los adolescentes puede parecer ridículamente ingenuo, como “¡pretender que no existan las guerras!” Por experiencia, usted probablemente comprenda que el mundo y las relaciones humanas sean mucho más complejas de lo que hubiéramos imaginado cuando éramos jóvenes. Posiblemente ahora ve los diferentes tonos de grises en donde antes solo veía blanco y negro. O bien, puede ser que los años hayan tenido un efecto opuesto, afectando su perspectiva. Cualquiera que sea su posición política, ¿no es alentador ver que un adolescente a una edad desfachatada esté decidido a cambiar el mundo? No obstruyamos su camino.