Por Dawn Nolt, MD, MPH, FAAP
Como futura madre, puede haber escuchado sobre prácticas de parto que están fuera de lo que es habitual para los trabajos de parto, los partos y la atención de recién nacidos. Algunas pueden traerles beneficios a usted y a su bebé. Sin embargo, otras pueden aumentar el riesgo de que su recién nacido contraiga ciertas infecciones:
Aquí se resumen siete diferentes prácticas alternativas y lo que debe saber sobre ellas.
1. Parto en el agua
Un parto en el agua supone hacer el trabajo de parto o tener el parto mientras se está en una bañera con agua tibia. La mayoría de los centros de maternidad tienen ahora bañeras para partos, aunque usualmente solo se usan durante el trabajo de parto. Los partos en el agua que se hacen en casa a veces se planifican con la ayuda de una partera.
Desde el punto de vista científico, los partos en el agua parecen mejorar la comodidad en la primera etapa temprana del trabajo de parto, pero no más allá de eso. No se conocen beneficios para el recién nacido que nace en el agua. Por el contrario, puede haber bacterias allí que podrían infectar al bebé que nace en la bañera. Aunque son poco comunes, las infecciones que contraen los bebés luego de un parto en el agua pueden ser graves.
2. Siembra vaginal
Sucede cuando con un hisopo se transfieren los líquidos vaginales de la madre a la nariz, boca y piel de un bebé nacido por cesárea. El objetivo es exponer al bebé a la flora vaginal (bacterias) a la que hubiera estado expuesto al atravesar el canal de parto.
Los bebés que nacen por cesárea parecen tener mayor riesgo de alergias, asma y obesidad más adelante en la vida. Algunos sospechan que esto puede resultar de tener un microbioma diferente (equilibrio de bacterias y otros microbios que viven en el cuerpo). Pero no hay evidencia científica que pruebe que la siembra vaginal disminuye eficazmente ese riesgo.
Además, aunque puede haber bacterias en los líquidos vaginales que sean buenas para el
microbioma del bebé, también puede haber microbios dañinos. Por ejemplo, los bebés
no deberían recibir una siembra vaginal si la cesárea se realizó con el objetivo de evitar una infección de la madre (como el VIH, la infección por estreptococo del grupo B o el herpes genital).
3. Parto Lotus
Puede que escuche un término médico para hablar de esto: "no ruptura umbilical". Sucede cuando se deja el cordón umbilical (y la placenta) unidos al bebé, en vez de cortarlos y quitarlos luego del nacimiento. En un parto Lotus, se espera a que se sequen hasta que el cordón se separe por su cuenta, usualmente en un plazo de 3 a 10 días.
Un parto Lotus puede parecer una forma "no violenta" de que el bebé haga la transición del útero al mundo real. Sin embargo, no hay evidencia de que tenga algún tipo de efecto sobre el desarrollo emocional del bebé. Si la placenta o el cordón unidos al bebé se corrompen, esto permite que las bacterias crezcan rápidamente y posiblemente viajen del tejido a su bebé. Hay casos conocidos de bebés nacidos por parto Lotus que se enfermaron gravemente.
4. Comer la placenta (placentofagia)
La placentofagia es la práctica de comer su propia placenta. La placenta proporciona oxígeno y nutrición al bebé gestante durante el embarazo. También conocida como "secundinas", se consume cruda, cocida o desecada y pulverizada en cápsulas.
Aunque se considera que la placentofagia es una manera de disminuir la depresión posparto, estimular la producción de leche materna y reponer los nutrientes, no hay evidencia científica de estos beneficios. De hecho, hay riesgo de intoxicación alimentaria por comer una placenta que ha comenzado a pudrirse. Además, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su siglas en inglés) han
desaconsejado (en inglés) consumir cápsulas de placenta después de que un recién nacido se enfermó gravemente por una infección por estreptococo del grupo B (grupo B estrep) en dos ocasiones distintas. La madre del bebé había tomado píldoras que contenían estreptococo del grupo B y probablemente había transmitido la bacteria a su bebé.
5. Saltarse la dosis de la vacuna contra la hepatitis B que se da al nacer
Algunas familias sienten que la vacuna contra la
hepatitis B no es necesaria justo después de nacer y prefieren posponerla un par de semanas o meses. Aunque parezca razonable si los padres biológicos obtuvieron un resultado negativo para la hepatitis B, cualquier persona lo suficientemente cerca del bebé podría contagiarle la hepatitis B. La vacuna contra la hepatitis B debe darse tan pronto como sea posible para proteger al bebé contra cualquier persona (no solo los padres biológicos) que esté infectada. Puede que los bebés infectados con el virus de la hepatitis B no presenten síntomas inmediatamente, pero con el tiempo el virus puede dañar el hígado.
6. Rechazar la pomada oftálmica de eritromicina para el recién nacido
La pomada oftálmica de eritromicina evitará que determinadas bacterias (Neisseria gonorrhoeae) causen una infección grave que puede llevar a la ceguera. Si la madre biológica obtuvo un resultado negativo para esta bacteria durante el embarazo, es muy poco probable que el bebé requiera esta pomada. Sin embargo, algunos estados tienen leyes que requieren el uso de esta pomada oftálmica.
7. Retrasar el baño
Cuanto antes pueda el bebé tener un contacto piel con piel con su madre o padre biológico durante un tiempo prolongado, mejor. Es por eso que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda ahora retrasar el primer baño del recién nacido hasta 24 horas después del nacimiento en algunos casos. Esto puede ayudar a mantener la temperatura y el nivel de azúcar en sangre del bebé bajo control, así como también promover la lactancia y el vínculo. Sin embargo, si la madre biológica tiene un sarpullido genital por el virus del herpes simple (VHS) durante el parto, tiene VIH, hepatitis B o hepatitis C, es importante bañar al bebé tan pronto como sea posible para quitar el líquido infectado de su piel. No se conocen otros riesgos de infección por retrasar el baño.
¿Debería hablarle al pediatra sobre las prácticas alternativas del parto de mi hijo?
Sí. Las prácticas de parto alternativas pueden exponer a su bebé a gérmenes que no están normalmente cubiertos por las pruebas y los antibióticos habituales. Es importante mencionar cualquiera que haya sido parte del parto de su hijo, para que el médico pueda modificar las pruebas o los antibióticos cuando sea necesario.
¿Dónde puedo aprender más sobre formas de mejorar la experiencia de parto o la salud de mi bebé recién nacido?
El pediatra debería ser una fuente de información confiable. Tenga una charla clara con el pediatra acerca de si una práctica de parto puede beneficiar o dañar a su hijo antes del parto.
Más información
Acerca de la Dra. Nolt
Dawn Nolt, MD, MPH, FAAP, es profesora de pediatría en la División de Enfermedades Infecciosas en Oregon Health & Science University School of Medicine. Es la autora principal del informe clínico de la American Academy of Pediatrics,
Riesgos de enfermedades infecciosas en recién nacidos expuestos a prácticas perinatales alternativas (Risks of Infectious Diseases in Newborns Exposed to Alternative Perinatal Practices).