Antes de que llegue el momento de regresar a la escuela, siga estos consejos para ayudar a garantizar que sus hijos tengan un año seguro, feliz y productivo.
Cómo hacer más fácil su primer día
Los padres deben recordar que no es necesario esperar hasta el primer día de clases para pedir ayuda. Las escuelas están disponibles durante el verano para responder a cualquier pregunta o inquietud que los padres tengan, incluyendo las necesidades especiales de un niño. La mejor época para hacer sus preguntas es probablemente de una a dos semanas antes de que empiecen las clases.
Llévelo a visitar la escuela o salón de clases nuevo antes del primer día de clases. Muchos niños se ponen nerviosos frente a nuevas situaciones, tales como cambiarse a una nueva escuela, un nuevo salón de clases o maestro. Puede ayudar practicar antes de que tenga que enfrentar la nueva situación.
Recuérdele a su hijo que los maestros saben que los estudiantes están nerviosos y harán todo lo posible para que sus estudiantes se sientan lo más cómodos posible. Si su niño parece nervioso, pregúntele por qué está preocupado y ayúdele a encontrar formas para solucionar problemas y así aprender a hacerle frente a las nuevas situaciones.
Señale los aspectos positivos de empezar de nuevo en la escuela para lograr que anticipe cosas buenas el primer día de clases. Háblele sobre ver a sus viejos amigos y conocer a nuevos.
Encuentre a otro compañero que viva en el vecindario con quien su hijo pueda caminar a la escuela o viajar en el autobús.
Si es una escuela nueva, asista a las orientaciones disponibles y aproveche la oportunidad de visitar y hacer un recorrido por la escuela antes del primer día de clases. Lleve a su niño a la escuela un par de días antes del inicio de las clases para que juegue en el patio de recreo y se aclimate con su nuevo entorno.
Si lo considera necesario, lleve a su niño en automóvil a la escuela (o camine con él o ella) y recójalo al final del día, y lleguen temprano el primer día para reducir el estrés innecesario.
- Contemple la idea de empezar el horario del año escolar para levantarse y acostarse una semana antes del inicio de las clases para que el cambio de horario no sea un factor en sus primeros días de escuela.
Una mochila segura
Elija una mochila con bandas o correas amplias acolchonadas para los hombros y la espalda.
Organice la mochila usando todos sus compartimientos. Empaque los artículos más pesados hacia el centro de la espalda. Las mochilas no deben pesar más de 10 a 20 % del peso corporal de su niño. Revise la mochila con su hijo cada semana y saque los artículos que no necesita para mantenerla ligera.
Recuérdele a su niño que siempre use las dos bandas o correas de los hombros. Colgársela sobre un solo hombro puede producir un esguince muscular.
Acomode o reajuste la mochila para que la parte de abajo quede al nivel de la cintura de su niño.
Si su escuela lo permite, elija una mochila con rodos o ruedas. Este tipo de mochila puede ser una elección adecuada para los estudiantes que tienen que llevar una carga pesada de libros. Recuerde que las mochilas con ruedas tienen que ser cargadas para subir las escaleras, pueden ser difíciles de rodar en la nieve y puede que no quepan en algunos casilleros; y revise la información de seguridad para el uso de mochilas con su niño.
El viaje de ida y regreso a la escuela
Revise estas reglas básicas con su estudiante y practique con antelación cualquier ruta nueva o modo de transporte:
Autobús escolar
Los niños siempre deben abordar y bajarse del autobús en lugares donde tengan acceso seguro al vehículo o las instalaciones escolares.
Recuérdele a su niño que tiene que esperar a que el autobús se detenga antes de acercársele desde el bordillo de la acera.
Cerciórese de que su niño camine donde pueda ver al conductor del autobús (lo que quiere decir que el conductor puede ver al niño también).
Recuérdele al niño que debe mirar a los dos lados de la calle para que no haya tráfico antes de cruzar en el caso de que el los vehículos no se detengan, como es requerido. Anime a su niño a practicar cómo cruzar la calle varias veces antes del primer día en la escuela.
- Si el autobús escolar de su niño tiene cinturones de seguridad de hombros/regazo, cerciórese de que su niño los use cada vez que viaje en el autobús. (Si el autobús escolar no tiene cinturones de seguridad de hombro/regazo, recomiende a la escuela que compre o alquile autobuses que dispongan de cinturones de seguridad). Para más información ver: Cuál es nuestra posición: cinturones de seguridad en los buses escolares. Su hijo no debería moverse dentro del autobús.
Revise la política de la escuela referente al consumo de alimentos en el autobús. Comer en el vehículo puede ser un problema para los estudiantes con alergias alimentarias y puede conllevar a infestaciones de insectos y parásitos/alimañas en el autobús.
Si su niño sufre de una enfermedad crónica que pudiera resultar en una emergencia cuando está en el autobús, cerciórese de el enfermera de la escuela o los miembros del personal de salud tienen elaborado un plan de emergencias en el autobús, en lo posible antes del primer día en la escuela.
Automóvil
Todos los pasajeros deben usar el cinturón de seguridad, asientos de seguridad o una silla elevadora del tamaño apropiado para la edad.
Su niño debe viajar siempre en un asiento de seguridad con arnés por el mayor tiempo posible y luego debe usar una silla elevadora con cinturón de respaldo. Su niño puede utilizar una silla elevadora cuando haya alcanzado el peso y altura máxima del asiento de seguridad, sus hombros están por encima de las ranuras del arnés o sus orejas hayan alcanzado la parte superior del asiento.
Su niño debe viajar en una silla elevadora con cinturón de respaldo hasta que el cinturón del automóvil le quede bien (generalmente cuando el niño tiene 4’9" (149,35 centímetros – 1,49 metros) de altura y tiene entre 8 a 12 años de edad). Lo que quiere decir que el niño tiene la altura suficiente para sentarse en el asiento del vehículo con la espalda en el respaldo y las rodillas dobladas, los pies colgando y con el cinturón del hombro atravesando el centro del pecho y el hombro, no pasando por el cuello o la garganta; el cinturón de regazo se ajusta sobre los muslos y no sobre el estómago.
Los niños menores de 13 años deben viajar en los asientos de atrás del automóvil. Si tiene que llevar a varios niños y no todos caben en el asiento de atrás (por ejemplo cuando lleva a otros niños a la escuela), asegúrese de empujar el asiento delantero lo que más pueda hacia atrás y utilice una silla elevadora si el cinturón de seguridad no ajusta bien sin usarla la silla elevadora.
Recuerde que muchos accidentes o choques de autos pasan cuando los conductores adolescentes novatos van de ida y de regreso a la escuela. Debe exigirles que utilicen el cinturón de seguridad, limitar el número de pasajeros adolescentes, no permitir que coman, beban, que usen los celulares o envíen mensajes de texto o cualquier otro dispositivo manos libres que distraiga al conductor. Manténgase informado sobre las leyes para los nuevos conductores de su estado y considere la posibilidad de usar un acuerdo/contrato entre padre y conductor adolescente para ayudarles en la fase inicial de aprendizaje. Lea un ejemplo de un acuerdo entre padre y conductor adolescente.
Bicicleta
Practique la ruta en bicicleta para ir a la escuela antes del primer día de clases para cerciorarse de que su niño puede hacerlo sin problemas.
Siempre use un casco para bicicleta, sin importar si va a montarla por un largo o corto tiempo.
Siempre maneje la bicicleta por el lado derecho de la calle y en la misma dirección del tráfico y maneje en los carriles designados para bicicletas si están disponibles.
Use las señales de mano apropiadas.
Respete los semáforos y las señales de pare.
Vístase con ropa de colores llamativos o brillantes para aumentar la visibilidad. Es importante usar ropa de color claro o blanco y retro-reflectante especialmente en la noche.
Conozca las reglas de tránsito en rutas y carreteras.
Caminar a la escuela
Normalmente, los niños pueden empezar a caminar a la escuela entre los 9 y 11 años de edad.
Cerciórese de que la ruta a la escuela por donde camina su niño es segura y tiene adultos entrenados para ayudarle a cruzar la calle en cada intersección.
Identifique a otros niños del vecindario con los que pueda caminar a la escuela. En los vecindarios con mucho tráfico, considere la posibilidad de organizar a grupos de "niños caminantes" para que caminen a la escuela en compañía y con la supervisión de un adulto.
Sea consciente de que tan buen peatón es su niño. Los niños pequeños son impulsivos y menos precavidos con el tráfico. Piénselo cuidadosamente y decida si su niño está listo para caminar a la escuela sin la supervisión de un adulto. Si la ruta requiere cruzar calles más congestionadas que se le dificulten cruzar, es mejor que un adulto o un amigo de más edad lo acompañen a casa.
Si su niño es pequeño o tiene que caminar a una escuela nueva, camine con ellos durante la primera semana o pídale a otro adulto que lo haga hasta que usted esté seguro que sabe la ruta y lo puede hacer sin problema. Si su niño tiene que cruzar una calle para llegar a la escuela, practique cómo cruzar las calles de forma segura antes del inicio de la escuela.
La ropa de colores vivos o accesorios de visibilidad, tales como chalecos o brazaletes con reflectores, ayudarán a que los conductores vean al niño con más facilidad.
Alimentación durante el día escolar
Casi todos los estudios de investigación demuestran que los niños que comen un desayuno nutritivo se desempeñan mejor. Les va mejor en la escuela, se concentran mejor y tienen más energía. Algunas escuelas brindan desayunos; si su escuela no lo hace, cerciórese de que sus niños coman un desayuno que contenga algo de proteína.
Casi todas las escuelas envían con frecuencia los menús programados de la cafetería o restaurante o los ponen en el sitio web de la escuela. Con esta información por anticipado, puede planear preparar una lonchera con el almuerzo cuando el plato principal del día no es de la preferencia de su niño.
Muchos niños cumplen con los requisitos para recibir alimentos gratis o a precio reducido en la escuela, incluyendo el desayuno. Los formularios para solicitar estos servicios se pueden llenar en la oficina de la escuela. El hambre puede afectar el desempeño académico de los niños.
Muchos distritos escolares tienen programas que le permiten pagar por las comidas en línea a través de una cuenta. Su niño puede obtener una tarjeta que puede usar en la caja registradora. Esta es una forma conveniente de manejar las cuentas de comidas en la escuela.
Revise la oferta de alimentos dentro y fuera de la cafetería, incluyendo a las expendedoras de alimentos, a la carta, tiendas escolares, puestos de refrigerios y eventos para recaudar fondos que se llevan a cabo en la escuela. Deben almacenar opciones saludables como fruta fresca, productos lácteos bajos en grasa y agua. Conozca la política de bienestar escolar de su hijo y participe en grupos escolares para ponerla en práctica. Además, considere la nutrición si su hijo traerá comida para comer durante la escuela.
Cada refresco o gaseosa de 12 onzas contiene aproximadamente 10 cucharaditas de azúcar y 150 calorías. Beber sólo una lata al día aumenta el riesgo de obesidad en su niño en un 60 %. Elija otras opciones más saludables para que el niño lleve a la escuela (tales como agua y productos lácteos bajos en grasa).
Acoso escolar
Se considera acoso escolar o acoso cibernético llamado también hostigamiento (matoneo), cuando un niño hostiga a otro en repetidas ocasiones. El acoso puede ser físico, verbal o de carácter social. Puede suceder en el patio de recreo de la escuela, en el autobús escolar, en el vecindario o por internet o a través de dispositivos móviles como los celulares.
Cuando su niño es víctima de acoso escolar
Alerte a los funcionarios de la escuela sobre el problema y colabore con ellos para encontrar soluciones.
Enséñele a su hijo a saber cuándo y cómo debe pedir ayuda a un adulto de confianza. Pídales que identifiquen a quién pueden pedir ayuda.
Reconozca la seriedad del acoso y acepte los sentimientos que el niño le comunica de cómo se siente al ser acosado.
Ayude a que su niño aprenda como responder, enseñándoles como:
Mirar directo a los ojos del abusador.
Pararse erguido y permanecer tranquilo frente a una situación difícil.
Alejarse del conflicto.
Enseñe a su niño a cómo decir con voz firme.
"No me gusta lo que estás haciendo".
"Por favor, NO me hables de esa forma".
Anime a su niño para que haga amistades con otros niños.
Apoye las actividades fuera de la escuela que le interesan a su niño.
Cerciórese de que un adulto que está enterado del acoso pueda velar por la seguridad y bienestar de su niño cuando usted no pueda estar presente.
Vigile o monitoree las interacciones que tiene su niño en los medios sociales o mensajes de texto para poder identificar estos problemas antes de que salgan fuera de control.
Cuando su niño es el abusador
Cerciórese que su niño sepa que acosar a otros NUNCA está bien.
Establezca límites a la conducta agresiva de su niño que sean firmes y consistentes.
Ayúdele a su niño a tener compasión por otros niños, pregúntandole cómo cree que ellos se sienten cuando él los maltrata. Pregúntele a su hijo cómo se sentiría si alguien lo estubiera acosando o maltratando a él.
Sea un ejemplo positivo a seguir. Muéstrele a sus niños que pueden obtener las cosas que quieren sin tener que burlarse, amenazar o lastimar a otra persona.
Utilice castigos eficaces que no sean físicos, como la pérdida de privilegios.
Haga un esfuerzo para elogiar a su niño cuando se comporta bien, por ejemplo cuando ayuda a otros niños o es amable con ellos en lugar de cuando los acosa/maltrata.
Elabore un plan con soluciones prácticas con el rector de la escuela, maestros, trabajadores sociales de la escuela o psicólogos y los padres del niño que es acosado por su niño.
Cuando su niño sólo observa
Anime a su niño para que le comunique a un adulto de confianza sobre algún caso de acoso escolar. Dígale a su niño que se una a otros que le dicen NO al acoso.
Ayude a que su niño le brinde apoyo a otros niños que puedan estar sufriendo acoso. Aconséjele a que invite a estos niños a participar en actividades
Cuidado de los niños antes y después de la escuela
Durante la escuela primaria y secundaria, los niños necesitan supervisión. Un adulto responsable debe estar disponible para ayudarlos a alistarse en la mañana y mandarlos a la escuela y para supervisarlos después de la escuela hasta que usted regresa a casa del trabajo.
Si un miembro de la familia cuidará de su hijo, comununíquele la necesidad de tener reglas coherentes que han sido establecidas por los padres con respecto a los horarios, la disciplina y las tareas escolares.
Los niños que se aproximan a la adolescencia (de 11 y 12 años de edad) no deben regresar de las clases a una casa vacía a no ser que muestren una madurez poco común para su edad.
Si no puede encontrar otra solución para supervisar a sus niños, los padres deben esforzarse para supervisar a los niños a distancia. Los niños tienen una hora definida para su regreso a casa de la escuela y deben avisar y mantenerse en contacto por teléfono con un vecino o con los padres.
Si elige inscribir a su niño en un programa privado para el cuidado de los niños después de la escuela, averigüe qué preparación tiene el personal del lugar. Debe haber una proporción alta en relación al número de niños y los salones, personas capacitadas para abordar temas de salud y emergencias y los patios de recreo deben ser seguros.
Establezca una rutina para la hora de dormir
Dormir las horas necesarias es de suma importancia para que el niño tenga éxito en la escuela. Los niños que no duermen suficiente tienen dificultad para concentrarse y para aprender como podrían hacerlo.
Establezca un horario para ir a dormir para su hijo y sígalo todas las noches. Tener una rutina consistente ayudará a su hijo a calmarse y a conciliar el sueño. Los elementos de una rutina para calmar al niño antes de ir a dormir pueden incluir un baño/ducha, leérles un libro, y arroparlos en la cama y decirles buenas noches.
Pídale al niño que apague todos los dispositivos electrónicos con anticipación mucho tiempo antes de ir a dormir.
En lo posible, trate de que haya silencio y calma en su hogar cuando los niños más pequeños están tratando de conciliar el sueño.
No dormir las horas necesarias está vinculado con índices altos de faltar a la escuela o de llegar tarde. La cantidad óptima de horas que la mayoría de niños pequeños debe dormir en las noches es de 10-12 horas y para los adolecentes (13-18 años) está entre un promedio de 8-10 horas por noche. Para más información, consulte: Los buenos hábitos del sueño: ¿cuántas horas de sueño necesita su niño?
Cómo adquirir buenos hábitos para el estudio y para hacer las tareas
Cree un ambiente que sea propicio para hacer las tareas desde una edad temprana. Los jóvenes necesitan un lugar de trabajo en su habitación o en otra parte de la casa, que sea tranquila, sin distracciones y que promueva el estudio.
Programe suficiente tiempo para las tareas. Tenga en cuenta este tiempo dentro de su participación en actividades después de la escuela.
Establezca como regla familiar que el televisor y otros dispositivos electrónicos permanezcan apagados mientras se hacen las tareas.
Supervise el uso de la computadora y del internet.
Cuando llegan a la secundaria es común que los profesores pidan a los estudiantes enviar sus tareas de manera electrónica y que realicen otras tareas en el computador (ordenador). Si su niño no tiene acceso a un computador o al internet en su hogar, hable con los administradores y profesores de la escuela para que establezcan un plan adecuado para su caso.
Esté disponible para responder preguntas y ofrecer ayuda, pero nunca le haga la tarea a su niño.
Tome medidas para aliviar la fatiga de los ojos, el cuello y la mente mientras estudian. Cerrar los libros por unos minutos puede ayudar, así como estirarse y tomar un descanso de vez en cuando, siempre y cuando esto no los interrumpa mucho.
Si su niño tiene dificultad con una materia en particular, hable con el maestro del niño para que le brinde recomendaciones sobre cómo puede usted o otra persona ayudar al niño en su casa o en la escuela. Si tiene preguntas referente a las asignaciones/tareas que le dan a su niño, hable con el profesor o maestro.
Si su niño tiene problemas para concentrarse o completar sus tareas, hable con el maestro de su niño, el consejero escolar o el proveedor de salud. Para problemas generales que no se pueden solucionar con la ayuda del maestro, puede considerar un mentor/tutor para que ayude al niño.
Algunos niños necesitan ayuda para organizar sus tareas. Listados, temporizadores (minuteros) y la supervisión de los padres pueden ser útiles para solucionar los problemas a la hora de hacer las tareas.
Algunos niños pueden necesitar ayuda adicional para recordar sus tareas. Hable con su niño y con su maestro para elaborar una plan adecuado para manejar/organizar sus tareas, tales como un cuaderno de notas o asignaturas.
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