Paso a paso
Cuando vista a su bebé: sosténgalo sobre su regazo, estire el escote/cuello de la prenda y póngalo por encima de la cabeza de su bebé. Use sus dedos para evitar que se quede atorado en su cara o en las orejas.
No trate de empujar el brazo de su bebé a través de la manga. En cambio, meta su mano dentro de la manga desde fuera, agarre la mano de su bebé y pásela.
Cuando desvista a su bebé: saque las mangas una a la vez mientras sostiene la cabeza y cuello del bebé. Luego estire el escote/cuello de la prenda, levantándolo por encima de la barbilla y cara del bebé a medida que lo retira con cuidado.
Consejos sobre el vestuario
En temperaturas frías (por debajo de 75 grados Fahrenheit [23.88 grados Celsius]), su bebé recién nacido necesita varias capas de ropa para mantenerlo caliente. Por lo general es mejor ponerle una camiseta y pañales, cubierto con un pijama o un traje de vestir, y luego envolverlo en una frazada. Puede usar como prenda externa una frazada o saco para dormir es una opción segura.
En temperaturas calientes (superiores a 75 grados Fahrenheit [23.88 grados Celsius]) puede reducir la cantidad de vestuario a una sola capa. Una buena regla empírica es vestir al bebé con más de una capa de vestuario de la que usted trae para estar cómodo en el mismo medio ambiente. Para más información, lea: Cómo proteger a su bebé de las quemaduras del sol.
Si su bebé es prematuro: él o ella puede necesitar otra capa de ropa hasta que su peso llegue al del bebé de término completo y su cuerpo pueda adaptarse mejor a los cambios de temperatura.
Si nunca ha cuidado de un bebé recién nacido: las primeras veces que le cambie la ropa pueden ser un poco frustrantes. No solo es una lucha lograr meter ese pequeño bracito por la manga, sino que es posible que su bebé pegue de alaridos de protesta durante todo el proceso. A él no le gusta sentir el aire en su piel, ni le gusta que lo estén empujando ni tirando de él para ponerle prendas. Puede ser que las cosas sean más fáciles para ambos si lo sostiene en su regazo mientras le cambia la parte de arriba del cuerpo, luego lo recuesta sobre una cama o cambiador mientras le cambia la parte de abajo.
Cuando le ponga un pijama de una sola pieza: métale las piernas antes de meterle los brazos. Jale las camisetas sobre la cabeza primero y luego meta un brazo a la vez por las mangas. Use esta oportunidad para preguntar “¿En dónde está la mano del bebé?”. A medida que va creciendo, esto se convertirá en un juego, cuando él meta el brazo por la manga y la escuche decir, “¡Allí está la
mano del bebé!”.
Ciertas características en la ropa pueden hacer que sea mucho más fácil vestirlo. Busque prendas que:
Se abrochen o cierren con una cremallera por toda la parte del frente, en vez de la espalda .
Se abrochen o cierren con una cremallera por debajo de ambas piernas para que sea más fácil cambiarle el pañal.
Tengan mangas flojas de manera que sus manos quepan por debajo para pasar el brazo del bebé.
No tengan listones ni cordeles que amarrar, o envolver alrededor del cuello (lo cual podría provocar asfixia).
Estén hecho de tela elástica (evite uniones apretadas alrededor de los brazos, piernas o cuello).
Envolver en mantillas
Durante las primeras semanas, su bebé pasará la mayor parte del tiempo envuelto en una mantilla. No solo lo mantiene caliente, sino la ligera presión alrededor del cuerpo parece darles a la mayoría de recién nacidos, una sensación de seguridad. Para envolverlo, estire la mantilla con un extremo doblado. Coloque al bebé boca arriba sobre la mantilla, con su cabeza en el extremo doblado.
Cómo envolverlo correctamente:
Para envolverlo, extienda la mantilla por completo con una esquina doblada hacia adentro.
Acueste al bebé bocarriba sobre la mantilla con su cabeza sobre la esquina doblada.
Enderece el brazo izquierdo del bebé y envuelva la esquina izquierda de la mantilla sobre el cuerpo del bebé y métela entre su brazo derecho y el lado derecho de su cuerpo.
Endereza y arrime el brazo derecho y doble la esquina derecha de la mantilla sobre el lado derecho de su cuerpo.
Doble o tuerza la parte de abajo de la mantilla sin apretar y métala hacia un lado de su bebé.
Cerciórese de que las caderas de su bebé tienen movilidad y de que la mantilla no esté muy apretada. Lo ideal es que pueda poner por lo menos dos o tres dedos entre el pecho del bebé y la envoltura.
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