Después de tener un bebé, readaptarse a la rutina laboral anterior puede ser todo un desafío. A continuación, se incluyen algunos consejos que pueden ayudarla a hacer una transición suave:
Si es posible, empiece a trabajar a mitad de la semana laboral. Así será más fácil para todos adaptarse al cambio, ya que dispondrá de un periodo de prueba de 2 o 3 días antes de asumir una semana laboral completa. Planifique con anticipación lo que va a llevar al trabajo cada día. Muchas madres preparan todo la noche anterior. Necesitará el sacaleches, una nevera (para transportar y quizás almacenar la leche materna) y un almuerzo o bocadillos que la ayuden a mantener la energía. Es posible que también quiera llevar discos absorbentes y una blusa o chaqueta limpia en caso de pérdidas o derrames de leche.
Si su empresa no dispone de una sala de lactancia, póngase de acuerdo con ellos para encontrar un lugar donde pueda extraer la leche. Si es posible, visite el lugar durante su licencia por maternidad para verificar el espacio y ultimar los preparativos. Esto le aliviará el ajetreado primer día de regreso.
Cuando empiece sus primeras sesiones de extracción en el trabajo, intente relajarse y no pensar en la gente que la espera fuera de la sala. El estrés podría retrasar el reflejo de bajada de la leche o reducir la producción, lo que retrasaría aún más el regreso. Intentar trabajar en su escritorio o hacer llamadas mientras se extrae leche no suele ser eficaz. Pensar en su bebé (en lo reconfortado que estará cuando tome su leche materna y en lo buena que es su leche para él) podría ayudarla a relajarse y a iniciar la salida de la leche. Algunas madres descubren que mirar una fotografía de su bebé o incluso escuchar una cinta con su llanto de hambre funciona de maravilla.
Busque formas de integrar su horario de extracción en su jornada. Esto será más fácil a medida que sus compañeros se acostumbren a sus breves ausencias de una a tres veces al día y vean que puede seguir siendo productiva a pesar de ellas. Aprenderá a salir discretamente de una reunión que se ha alargado e interfiere con su horario de extracción de leche, del mismo modo que otro compañero podría excusarse para ir al baño. Incluso descubrirá lo fácil que podría ser recuperarse o reírse de los contratiempos (tales como una mancha de leche en la blusa o una sesión de extracción interrumpida) con la ayuda de amigos comprensivos y empáticos.
Mientras continúa extrayéndose leche en el trabajo, controle la cantidad que produce. La disminución de la producción de leche es un problema habitual de las madres que trabajan y suele deberse a que se saltan sesiones de extracción o a que la extracción no dura lo suficiente. Además, la extracción podría no reunir tanta leche como la que el bebé puede obtener en una sesión de lactancia si es un lactante eficaz.
Para aumentar su producción, extraiga la leche con más frecuencia durante al menos 10 minutos por sesión, aunque la leche deje de fluir antes de ese tiempo. Cuando esté en casa con su bebé, amamántelo al menos cada dos o tres horas. Si duerme toda la noche, considere la posibilidad de despertarlo a la hora de acostarse para alimentarlo otra vez. Los fines de semana, amamántelo exclusivamente y siempre que muestre interés. Una vez que vuelva a aumentar su producción de leche, mantenga su suministro bebiendo una cantidad adecuada de líquidos, descansando lo suficiente y relajándose todo lo posible durante las sesiones de extracción.