Recurrimos a los deportes para que los jóvenes fortalezcan su personalidad, autoestima y autodisciplina, no solamente sus músculos. Las investigaciones indican que competir en actividades atléticas beneficia a los niños emocional y socialmente. Aprenden a formar parte de un equipo, a reaccionar ante la presión y a motivarse a ellos mismos —todas valiosas habilidades, ya sea que se pongan a prueba en el campo de juego o en el salón de clases. Además, desarrollan su capacidad para afrontar adversidades y para recuperarse ante una derrota, otras dos herramientas esenciales para la vida.
En última instancia, los valores que los deportes les inculcan a los jóvenes reflejan las actitudes de los adultos a cargo. Cuando el deseo de ganar corrompe los principios del espíritu deportivo, una experiencia que debería ser positiva se convierte en negativa. Una atmósfera que imponga ganar a toda costa también puede provocar lesiones, al hacer que los jóvenes se sientan presionados a seguir jugando cuando se lastiman.
A veces, pareciera que los niños tienen una mirada más saludable sobre la importancia de ganar que sus padres y entrenadores. Nunca perdamos de vista el objetivo del atletismo aficionado: ayudar a los niños y niñas a crecer y a divertirse. A continuación, le ofrecemos algunos consejos para que ayude a su hijo o hija a aprovechar al máximo su participación en un deporte.
Acompáñelo a todos los juegos y prácticas que pueda
Quizás no siempre lo admitan, pero los niños se emocionan al ver a su mamá saludándolos desde las gradas con una sonrisa orgullosa.
Trabaje con sus hijos para que mejoren sus habilidades
Su hijo de 18 años de seis pies (1,82 m) de altura jamás olvidará la noche en que su papá o su mamá se puso un guante de béisbol y lo dejó practicar su lanzamiento de bola rápida, curva a 80 millas (128,7 km) por hora el día anterior a comenzar a jugar en el equipo campeón de la categoría. A juzgar por las canillas llenas de moretones y la mano adolorida de papá/mamá, ellos también recordarán ese día durante un tiempo.
Mida el rendimiento de su hijo con la vara del esfuerzo
Los niños responden mejor a una motivación positiva para esforzarse que a las críticas por sus fallas. En una encuesta realizada a 658 entrenadores de 43 deportes, muchos señalaron que el aspecto más perjudicial de los deportes para los atletas jóvenes eran los comentarios negativos constantes de sus padres (y entrenadores). En ocasiones, es posible que los niños necesiten un empujoncito psicológico ("Sé que puedes correr más deprisa que eso.") pero, antes de dárselo, debe estar seguro de dos cosas: (1) que sus expectativas sean realistas y (2) que le quede claro a su hijo que usted lo ama sin importar si gana o pierde.
"Los niños necesitan a sus padres más que nunca cuando las cosas no salen bien", observa el Dr. Luckstead. "Algunas madres y algunos padres (y yo mismo he sido culpable de esto) son los mejores amigos de sus hijos cuando ganan, pero cuando pierden, desquitan sus frustraciones con ellos. Obviamente, esto no se debe hacer".
No sea uno de esos padres que recriminan a las autoridades desde la tribuna
Una lección muy importante que los deportes les imparten a los niños es el respeto por las reglas del juego y hacia aquellas personas cuyo trabajo es hacer que se cumplan. Si no está de acuerdo con la decisión de un árbitro o de un entrenador que deja a su hijo en el banco y elige a otro jugador, guárdese su opinión. Aprender a aceptar las decisiones que parecen injustas es una preparación útil para la vida cotidiana.
Este atento a detectar señales de estrés en su hijo relacionadas con el deporte
Un poco de estrés antes de un evento atlético importante es inevitable. Pero, si ve que su jovencito se presiona a sí mismo en exceso para destacarse o toma las derrotas muy mal, es hora de tener una charla.
Ayúdelo a ver las derrotas de la forma adecuada. Señale que incluso los mejores bateadores de béisbol no llegan a alcanzar la base aproximadamente siete de cada diez veces que batean, que los futuros mariscales de campo del salón de la fama conectan solamente el 60 por ciento de las veces, y así sucesivamente.
Esté atento a prácticas para el control del peso que no son saludables o al uso de fármacos para mejorar el rendimiento
La búsqueda de la excelencia puede llegar demasiado lejos, como cuando los atletas intentan mejorar su rendimiento con estimulantes o ganar músculos con esteroides anabólicos o sustancias legales que actúan de manera similar sobre el cuerpo.
Las medidas extremas para perder peso se asocian principalmente a los deportes en los que "cumplir con el peso" se considera esencial para triunfar: el fisicoculturismo, la animación deportiva, las carreras de distancia, el patinaje artístico, el remo, la gimnasia acrobática, la natación, el fútbol americano por categorías de peso y la lucha. Los métodos para perder peso rápidamente incluyen el abuso de la actividad física; ayunos prolongados; vómitos auto inducidos; episodios repetidos de atracones y purgas; utilizar laxantes, diuréticos, píldoras para adelgazar, otras drogas lícitas o ilícitas o nicotina; utilizar trajes de goma y sumergirse en baños de vapor y saunas.
En dos encuestas realizadas a 208 atletas mujeres universitarias, el 32 por ciento y el 62 por ciento admitieron haber adoptado al menos una de estas conductas no saludables para bajar de peso. También los atletas varones a veces llegan a límites drásticos para bajar un par de kilos. De 171 luchadores universitarios que participaron en otro estudio, el 82 por ciento reveló que cuando estaba en la escuela secundaria ayunaba durante más de veinticuatro horas.
Si bien estos adolescentes no cumplen con todos los criterios de diagnóstico de la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa, se arriesgan a enfermarse gravemente. Si sospecha que su hijo no se alimenta bien o abusa de sustancias en secreto, comuníqueselo de inmediato
a su pediatra.