Las infecciones del oído medio, que los médicos llaman otitis media, son menos comunes durante la infancia media que en la temprana.
Cuando el oído está infectado se obstruye la trompa de Eustaquio, el estrecho pasaje que conecta el oído medio (la pequeña cámara detrás del tímpano) a la parte posterior de la garganta. Durante los períodos sanos este tubo se llena con aire y mantiene libre de fluido el espacio detrás del tímpano; durante un resfriado u otra infección respiratoria, así como en niños con alergias, este tubo se puede obstruir, comienza a acumular líquido en el oído medio, y las bacterias comienzan a crecer allí. A medida que esto ocurre, la presión sobre el tímpano aumenta y ya no puede vibrar adecuadamente. La audición se reduce temporalmente y al mismo tiempo, la presión en el tímpano puede causar dolor.
El pediatra debe examinar los oídos de su hijo con un instrumento llamado otoscopio, con el cual se puede detectar la inflamación y el fluido detrás de los tímpanos Si existe una infección, su médico le puede recetar antibióticos para destruir las bacterias y disminuir la acumulación de fluidos. Los antibióticos no son siempre necesarios. El acetaminofén puede ayudar a aliviar el dolor. El calor, al usar una almohadilla o toalla caliente sobre el oído, también puede hacer que su hijo se sienta mejor.
En ocasiones, cuando un niño tiene infecciones del oído recurrentes, y cuando el líquido en el oído tiende a persistir a pesar de los medicamentos, el médico puede sugerir la inserción de pequeños tubos de drenaje a través del tímpano para ayudar a eliminar el líquido atrapado. Hasta la fecha, sin embargo, la investigación que examina los beneficios potenciales de estos tubos no es concluyente, y está claro que existen algunos inconvenientes, es decir, se requiere anestesia para la inserción, y los tubos a veces se puede salir por sí mismos.
Con las infecciones de oído recurrentes (más frecuentes que una vez al mes durante dos o tres meses), su médico puede decidir colocar a su hijo en dosis bajas de antibióticos a largo plazo para prevenir las infecciones. Esta terapia ha demostrado una disminución en la frecuencia de las infecciones de oído. Sin embargo, esta terapia puede aumentar el riesgo de infecciones resistentes. Algunos médicos también pueden sugerir la extirpación quirúrgica de las adenoides (adenoidectomía) si se bloquea la trompa de Eustaquio del niño.
Las infecciones del oído no son contagiosas. Su hijo puede regresar con seguridad a la escuela después de que el dolor y la fiebre disminuyan. Sin embargo, debe continuar tomando los antibióticos según hayan sido recetados hasta que las píldoras o el líquido se hayan agotado.